jueves. 28.03.2024

Independencia sin agua

Hasta un tonto entiende que la independencia utilizando el agua del Ebro y jugando en la Liga Española de Fútbol suena mucho mejor

El agua es como el oro, el incienso y la mirra, todo junto, que los Reyes Magos llevaron hasta el Portal de Belén. Escasea porque no llueve, la desperdiciamos y porque cuando terminemos de ponernos de acuerdo sobre si hay o no Cambio Climático, será ya demasiado tarde para que los depósitos y embalses de agua tengan el mismo nivel de suficiencia en todas partes del mundo. El agua no es por tanto un problema, es el problema. Independencia sin agua suena como a nombre de combinado de verano, aunque es más bien la situación en que se puede ver inmersa Cataluña si sigue adelante con su plan secesionista del resto de España. El Ebro es mucho Ebro, y baña con sus aguas gran parte del territorio nacional. Quien más saca beneficio de esta agua solidaria, que proviene de Cantabria, es Cataluña.

Casi siempre que aparece un plan independentista, lo primero que se presenta es una agencia tributaria, por eso de cobrar más directamente los impuestos. Lo que no se cuenta a los ciudadanos es como puede cambiar su vida, de manera radical, a mal, en cuestiones tan básicas como tener luz, agua y utilizar determinadas infraestructuras cuya propiedad está en muchas manos. Se podrá decir que lo que no llegue de España, vendrá del resto de Europa, Francia que está más cerca de Cataluña. Aunque sólo hay que mirar a Grecia y a los griegos para ver cómo se las gasta hoy la Unión Europea y su Troika  cuando les debes dinero y encima les pides más.

Hasta un tonto entiende que la independencia utilizando el agua del Ebro y jugando en la Liga Española de Fútbol suena mucho mejor. Pero no es serio. Por más que me lo expliquen, nunca entenderé venir hablando de independencia, cuando la gente (los catalanes en este caso) lo ha pasado tan mal por una crisis económica generalizada que no ha dejado títere con cabeza. Quien sabe más que yo en general, me lo quiere explicar mediante la vieja idea de que a esto se le llamar tirar para adelante para ahuyentar de la mente de los ciudadanos los auténticos problemas que les acucian. Son muchos los que te hablan de las bondades de la independencia, pero nadie toca a tu puerta para asegurarte que con ella vas a dejar de estar parado, te van a subir el sueldo y  pagarás sin tanto estrés la hipoteca. Las independencias buscan siempre los grandes titulares, como este de la creación de una agencia tributaria catalana, sin necesidad de bajar al terreno de explicarte cómo va a quedar el agua con el que te duchas a diario. Si el mundo global no me gusta por lo injusto que es con muchos pueblos, mucho menos serio es poner en solfa el futuro y la estabilidad de un territorio, porque no se le dice todo y  de manera clara a sus habitantes. Independizarse de un Estado, en pleno siglo XXI además, es algo realmente serio. Para los catalanes cambiaría todo, y cuando se dice todo, es todo. Sin ir más lejos, un ejemplo está en recibir el agua que reciben ahora del río Ebro.

Independencia sin agua
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