sábado. 20.04.2024

La Yihad y los padres de Europa

Con cada nuevo atentado se repite la misma pregunta: ¿han sido yihadistas? El terrorismo engorda los temores y con ello a las formaciones de ultraderecha que propagan la islamofobía. Sus líderes suponen una amenaza real para las democracias europeas y la libertad de sus ciudadanos ideadas en su día por los Padres de la UE. Este temor se hace patente en cada nuevo mensaje ultraderechista como el de que "En cuanto podamos, eliminaremos el sufragio universal".

De lo peor de una guerra (¿hay algo bueno?) es no conocer ni cuándo, ni cómo ni dónde el enemigo va a atacar. EL ISIS o Estado Islámico y su Yihad, guerra para extender la ley de Alá, es lo que están haciendo. Toda guerra tiene también su componente psicológico, y la alarma ciudadana aumenta cuando no encuentras seguridad presenciando unos simples fuegos artificiales o ves la muerte de cerca por acudir a un centro comercial para pasar la tarde. Los Estados siempre apelan a que la seguridad total es imposible cuando los atentados se suceden, pero en esta vida todo es opinable y nadie puede hurtar a los familiares de los muertes y heridos en el atentado de Niza sus críticas a que podía haberse evitado. En la división, incluso de opiniones, es donde más y mejor logra su propósito el terrorismo. La duda es solo una consecuencia de los atentados porque desgraciadamente hay otras que están en juego ahora mismo en Europa. El Viejo Continente fue un desastre en la primera mitad del siglo XX, principalmente por la llegada al poder de los partidos y las ideas fascistas. Lo que ocurrió después, la Guerra Mundial, La Guerra Civil Española, el Holocausto, el Muro de Berlín, la Guerra Fría, es ya parte de la historia más negra del mundo.

Los atentados desempolvan la bandera del odio, el racismo y la xenofobia

Los malos vientos que soplan actualmente recuerdan en ciertos aspectos a la antesala de aquella Europa que se auto suicidó. Los atentados acorralan hoy a las democracias europeas, especialmente en Francia, al tiempo que resurgen con fuerza los rancios nacionalismos que han desempolvado la bandera del odio, del racismo, la xenofobia, la exclusión y el rechazo a otras culturas y otras religiones, con la mirada puesta en el islamismo.  Tras la Segunda Guerra Mundial surgieron los Padres Fundadores de la Unión Europea, ¡que linda expresión ahora denostada por Inglaterra!. Como europeo, les recuerdo con respeto y emoción: el alemán Konrad Adenauer, el luxemburgués, Joseph Bech, el neerlandés,Johan Willem Beyen, el inglés, Winston Churchill, el italiano Alcide de Gasperi, Walter Hallstein, primer presidente de la Comisión Europea, Sico Mansholt, agricultor y primer comisario de agricultura, Jean Monnet, diseñador de la nueva economía europea, Robert Schuman, que dio su nombre al Plan Schuman por el que se sentaban nuevas bases para la recuperación industrial, el belga Paul-Henri Spaak, y el federalista incansable italiano Altiero Spinelli.

Cada nuevo atentado nos debe llevar a una mayor unidad de acción contra el terror

Todos estos nombres ejercían algo en común: la diplomacia como catalizador de la integración Europea. Si Churchill hubiera vivido el Brexit”, sentiría vergüenza por ser el capitán el primero en abandonar el barco que amenaza con hundirse. Gestos como el de Inglaterra dan oxígeno al avance de la extrema derecha europea con sus ideas antieuropeístas, xenófobos, contrarios a la inmigración y los refugiados y, por supuesto, impregnados de islamofobia y antisemitsmo. Cada nuevo atentado yihadista o del ISIS da esperanzas de poder a personajes como Marine Lepen (Francia), Frauke Petry (Alemania), Norbert Hofer (Austria), Gianluca Iannone (Italia), Kristian Thulesen Dahl (Dinamarca), Nikos Michaloliakos (Grecia), Björn Söder  (Suecia) o Gábor Vona (Hungría). Una frase de este último puede resumir las pretensiones políticas y sociales de esta ultraderecha: "En cuanto podamos, eliminaremos el sufragio universal". Estas ideas las alientan ellos y los terroristas en busca del caos europeo. Una parte de sus planes ya está conseguido porque cada vez que sucede algo la pregunta retumba en el ambiente: “¿Los que han disparado son yihadistas?”. Cada nuevo atentado, cada nuevo muerto y herido, nos debería llevar a una mayor unidad de acción contra el terror y reforzar aún más todo en lo que creemos. Europa es democracia, solidaridad, una forma única de vivir y de solucionar sus problemas, como nos enseñaron y legaron los Padres de esta UE. Tan convulsa como está ahora Europa,  si queremos huir de las amenazas que nos acechan, bastaría con recordar todo lo acaecido en el pasado, y rechazarlo con todas nuestras fuerzas. No tengo duda alguna de que así será, pese al acecho de los buitres ideológicos que están a la espera de que los próximos disparos en una ciudad europea sean nuevamente de la Yihad, y les venga bien en votos. 

La Yihad y los padres de Europa
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