viernes. 19.04.2024

Berlín, maratón y mucho más

Por lo que tiene Berlín de gran carrera de perfecta organización, y por lo que tiene de gran ciudad llena de emociones y sorpresas, a efectos de lo que llamamos experiencias y recuerdos, Berlín será para mí mucho más que un maratón.

En la vida de un corredor hay carreras y hay verdaderas experiencias de vida. Correr un maratón constituye por sí mismo una gran experiencia vital, por lo que conlleva de esfuerzo, preparación, dificultad y reto personal. Si a ello le sumamos que el maratón en el que participamos es uno de los históricos y más grandes del planeta, sin duda nos encontramos ante una de las experiencias que como corredor nunca dejaremos en el olvido.

Han pasado 20 días desde mi cita con el Maratón de Berlín, una carrera que durante buena parte del año se me atragantó a causa de la lesión de rodilla, y que inscrito desde noviembre de 2015, veía en el horizonte con gran incertidumbre y como un reto elevado al cubo por la precaria posibilidad de programar un adecuado plan de entrenamiento. Obligado a virar hacia el triatlón como alternativa para obtener una buena preparación física sin castigar demasiado la rodilla, cada vez que los dolores aparecían tras tiradas más intensivas de carrera, la visión de Berlín en el horizonte del 25 de septiembre se vislumbraba con una gran complicación: dorsal, hotel y avión constituían una importante inversión como para abandonar sin intentarlo, pero por otra parte las continuas molestias y dolores ponían en cuestión un buen desenlace.

Los múltiples momentos de duda se esfumaron cuando me recibió Berlín unos días antes de la cita

Pero todo ello desapareció, y los múltiples momentos de duda se esfumaron, cuando me recibió Berlín unos días antes de la cita. Una ciudad que por sí misma merece una visita. Joven, creativa, irreverente a veces, cultural y cosmopolita, se vuelca con su gran carrera y se prepara con tiempo para recibir a los 40.000 afortunados que tienen la oportunidad de compartir unas horas de gloria en lo que se convierte en un ‘Babel’ deportivo. A medida que avanzas en la carrera por sus calles, te vas dando cuenta de que a tu alrededor hay corredores que han tenido a bien estampar en su camiseta el nombre de los países más insospechados. Todos los continentes y cientos de países representados detrás del arco que dice “start”. Miles de almas de infinitas culturas, colores  y civilizaciones comparten durante unas horas el sufrido placer de correr y correr hasta conquistar la mítica cifra de los 42,195 km.

No en vano Berlín es uno de los seis llamados “Majors”, y junto a Tokyo, Londres, Boston, Chicago y New York, conforman el más importante circuito mundial de carreras de asfalto. Formar parte de este club, aunque solamente sea en uno de ellos, es para mí una experiencia de corredor y de vida inigualable.  Pero además Berlín te abraza como una ciudad amable y que sorprende, no por grandes y monumentales edificios, sino por la diversidad, por sus rincones, por la amabilidad e ilusión que transmiten sus habitantes, por la interculturalidad que desprende, encontrándote la gastronomía de todo el mundo por sus calles, la historia de un muro que felizmente cayó y la transformación ilusionante en una ciudad de vanguardia e innovación.

En la línea de salida estás tú y 39.999 corredores más; inglés y alemán predominan entre lenguas irreconocibles, y detrás una voz te dice “suerte” y agradeces ese castellano que sale de una camiseta con estrella blanca sobre fondos azul y rojo que luce con orgullo un chileno que ha cruzado 12.000 km. para correr 42 por las calles de Berlín. Apenas cabemos en el cajón, lo que prevé una salida lenta, y en efecto tardamos más de seis minutos en alcanzar la línea de salida. En la cabeza lo más notable del pelotón internacional, como siempre en esta especialidad liderado por etíopes y keniatas: en un apasionante final, el etíope Kenenisa Bekele se alzó con la victoria, ganando al keniata Wilson Kipsang por tan solo 10 segundos y rozando un nuevo record del mundo, quedándose solamente a seis segundos del establecido en 2014 en 2:02:57 por Dennis Kimetto en el mismo maratón de Berlín. El podio lo completó el también keniata Evans Chebet. En lo referente a las mujeres el dominio fue absoluto por las etíopes, resultando ganadora Aberu Kebede en un tiempo de 2:20:45, que es el segundo mejor tiempo del mundo en este año, seguida de Birhane Dibaba (02:23:58) y Ruti Aga (02:24:41).

Berlín es uno de los seis llamados “Majors”, y junto a Tokyo, Londres, Boston, Chicago y New York, conforman el más importante circuito mundial de carreras de asfalto

En cuanto a la participación española, ha sido destacable el resultado de Martín Fiz, que con 2:26 quedó el 58 de la general, y ganador en la categoría M50 poniendo una victoria más en el camino hacia la consecución de su gran su reto: ganar en dicha categoría los “Six Major”. La primera española fue Rocío Martínez Sainz Maza en el puesto 72 con un tiempo de 2:59. 

Estos grandes corredores están lejos de ti, probablemente medien otros 10.000 atletas entre ellos y tú, pero estás con ellos en la misma carrera y en la misma línea de salida, con distintos objetivos pero semejantes emociones. De alguna manera esto te hace sentir importante, al menos en tu íntimo personal. Me gusta envejecer corriendo, me hace sentir vivo física y mentalmente, y me anima a compartir y contagiar esta ilusión por la superación deportiva.

Por todo ello, por lo que tiene Berlín de gran carrera de perfecta organización, y por lo que tiene de gran ciudad llena de emociones y sorpresas, a efectos de lo que llamamos experiencias y recuerdos, Berlín será para mí mucho más que un maratón.

Berlín, maratón y mucho más
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