sábado. 27.04.2024

Cuando se llevó a cabo la fusión entre Unicaja y Liberbank, con la que la primera absorbía a la segunda, se anunció que el proceso iba a ser rápido y completamente seguro para los clientes de la segunda. Sin embargo, ni fue rápido ni seguro. De hecho, desde entonces se han venido sucediendo numerosos casos de presuntas estafas por los errores informáticos que se han producido en la plataforma, dejando al alcance de hackers los datos personales de miles de clientes que han sido víctimas y que han perdido, según estimaciones realizadas hace poco más de un mes, entre 3.000 y 40.000 euros cada una. En un principio, Unicaja se negó a reembolsar esas cantidades, pero tras algunas semanas, su postura ha cambiado para evitar, en la medida de lo posible, las más que probables demandas de los usuarios.

En concreto, lo que ha asumido la entidad bancaria, según ha denunciado la Unión de Consumidores de Cantabria en declaraciones a una emisora de radio, es reembolsar parte del dinero que ha sido presuntamente estafado a cambio de que el cliente adquiera el compromiso firmado de que no reclamará a Unicaja Banco. Como han explicado fuentes de la organización de consumidores, la firma del documento lo que hace es eximir de cualquier responsabilidad al banco, lo que conlleva que el cliente no pueda realizar cualquier reclamación posterior.

La situación ha llegado hasta el punto de que el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, se comprometió el pasado 30 de septiembre para mediar en la defensa de los consumidores ante Unicaja, que en ningún momento ha asumido ningún tipo de responsabilidad por estas estafas cometidas utilizando números telefónicos identificados con los de la propia entidad. La actitud de este banco contrasta con la llevada a cabo por otros que han sufrido casos similares, y que sí han restituido las cantidades robadas a sus clientes.

En Cantabria, según algunas estimaciones, han sido alrededor de 400 los afectados (de los 8.000 en toda España), cuantificándose la estafa total en unos tres millones de euros. Y en todos los casos, el ‘modus operandi’ de los estafadores es idéntico y sofisticado, impidiendo identificar el engaño hasta que se ha producido.

Las víctimas reciben llamadas y mensajes identificados como del propio banco, desde donde se hacen pasar por trabajadores de la entidad bancaria que les advierten de que alguien está intentado hacer una transferencia desde su cuenta bancaria. Durante la conversación, los estafadores muestran un gran conocimiento de los movimientos bancarios previos de las víctimas, que de este modo confían en que la persona al otro lado del teléfono pertenece a Unicaja.

Para que puedan recuperar el dinero de la transferencia, los clientes tienen que facilitar un código de anulación a través del cual se supone que se procede a la "anulación" de la misma. Así, los estafadores se hacen con el dinero robado, mediante transferencias y pagos de bizum realizados desde las cuentas bancarias de clientes sin su consentimiento.

Todo esto ha sido posible porque los estafadores se hicieron con miles de datos bancarios de clientes de Unicaja, números de cuenta, usuarios y contraseñas, desde el pasado mes de junio, cuando tuvo lugar la fusión con Liberbank y se produjo una brecha en los sistemas de seguridad del banco durante el proceso de integración tecnológica, por lo que los usuarios entienden que la entidad debe hacerse cargo.

Denuncian que Unicaja reembolsa a sus clientes parte del dinero estafado para que no...
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