Alrededor de las 19:30 horas de este martes, 24 de agosto, el velero Klaudia atracaba en tierras gallegas. Su segunda jornada de travesía para cubrir una nueva etapa del Camino de Santiago vía marítima concluía así tras salir de madrugada del puerto de Gijón. Un recorrido que ha sido muy diferente al del día anterior para los miembros de esta expedición, no solo por recorrer las costas gallegas y asturianas a los pies de los Picos de Europa, sino por las condiciones climatológicas.
La tripulación ha aprovechado para enseñar a los pasajeros del Klaudia a hacer nudos marineros y los usos que les pueden dar
Sin ir más lejos, a lo largo de todo el día “las velas han estado puestas”, haciendo ajustes a lo largo del trayecto en función del viento que soplaba en cada momento. Y la niebla ha acompañado al grupo de este velero de Naútica Puerto Gris durante buena parte del viaje. De hecho, “no hemos visto el sol en todo el día”, ha reconocido Rita, una de las participantes de esta experiencia con la que, confiesa, “estoy encantada”.
La jornada no ha presentado una dificultad especial, pero sí ha permitido a los integrantes del grupo comprender que “hay que aplicar diferentes técnicas para navegar” cuando se presentan situaciones tan diferentes como las que han vivido en estos dos días, pasando de una travesía sin viento y soleada a otra más brava y sin un rayo de sol en el cielo.
En declaraciones a este medio una vez desembarcada en Viveiro, su puerto de destino este miércoles, Rita ha explicado que “hay que conjugar muchos factores” a la hora de navegar, más de los que pueden parecer a simple vista, desde las corrientes hasta el viento. Todo ello ha hecho de este viaje una experiencia “muy bonita y diferente” que les ha permitido aprender un poco más del entorno náutico.
De hecho, en varios momentos del trayecto la tripulación ha aprovechado para enseñar a los pasajeros del Klaudia a hacer nudos marineros y los usos que les pueden dar, así como los diferentes tipos de velas, términos del argot náutico… “Son muchas cosas, y algunas se te van quedando en la memoria”, explica esta participante con un toque de ilusión en su voz. Y es que, en su caso, es un viaje que “une dos cosas que me gustan”, como son el senderismo y la posibilidad de hacer el Camino de Santiago, y la navegación. “Buscaba unas vacaciones un poco alternativas”, señala Rita, algo que a buen seguro ha encontrado, pues lejos de ser un viaje relajado, está siendo “una aventura impredecible”.
La belleza de esta segunda etapa del viaje no terminó con el atraque en Viveiro, pues este pequeño pueblo es, de por sí, un paraje espectacular. La entrada a su puerto es una ría que no ha dejado indiferente a ninguno de los miembros de la expedición, rodeada de montañas y vegetación. Allí pasarán la noche tras cenar en tierra firme, preparándose para la última etapa marítima del Camino de Santiago, que les llevará a La Coruña, desde donde comenzará el recorrido a pie.
Y fiel a esa idea de que cada día es diferente, el viaje promete una tercera etapa más complicada. Las previsiones apunta a viento de popa y olas de través que van a hacer que, más que navegar, “vamos a surfear”, como explica Jesús de la Hoz. Habrá más riesgo y “será más excitante”, aunque “no habrá peligro”, pero también provocará más mareos. Todo eso obligará a tener una comida ya preparada, ligera y sencilla. La expedición tiene previsto abandonar Viveiro alrededor de las 7:00 horas de este jueves para intentar llegar a La Coruña a eso de las 16:00 horas, donde aprovecharán para descansar y preparar todo lo necesario para iniciar su andadura a pie en dirección a Santiago.
