sábado. 27.04.2024

Tras la publicación el pasado 12 de marzo de un artículo sobre las quejas y denuncias realizadas por particulares y empresas sobre la política de Unicaja Banco con sus clientes, han sido numerosas las reacciones de lectores que, afectados por situaciones similares, han decidido compartir en primera persona sus experiencias, malas en su mayoría, tanto con esta entidad bancaria como con el sistema bancario español. “Ladrones de guante blanco”, “vergüenza”… son algunos de los calificativos más suaves que diferentes lectores y usuarios de redes sociales han expresado como respuesta a dicho artículo. Y junto a ellos, nuevos testimonios de experiencias que apuntan a que lo ocurrido no se limita a una única región.

Uno de estos casos es de un cliente de Cantabria, que según relata a este medio, acude periódicamente a la oficina que vulgarmente se conoce como la de ‘Los Osos’. Según este afectado, lo que más llama la atención es el “pasotismo de los empleados ante las preguntas y quejas” de los que acuden a la sucursal.

Aunque el “peor momento vivido allí”, como lo explica él mismo, se produjo cuando recientemente trató de cerrar su cuenta tras numerosos “problemas con el banco”, entre ellos algunos de los que comparten muchos clientes, como el cobro de comisiones sin previo aviso. “Me dijeron que no disponían de caja para poder cerrar la cuenta y devolverme el dinero”, recuerda este cliente, al que, según su relato, le dijeron que “para hacerlo tenía que desplazarme a una oficina que tuviera ese servicio para poder cancelar la cuenta”.

Una opción que, en su caso, no era viable por motivos personales. La alternativa tuvo que buscarla él. “Les pregunté si era posible hacer una transferencia bancaria a otra entidad”, recuerda, a lo que le respondieron afirmativamente, pero “la trabajadora desganada me respondió que el coste de la transferencia correría a cargo del cliente”. “Iba a tener que pagar 25 euros, si no recuerdo mal”, denuncia este afectado.

Ante esta situación, otra opción que surgió de su propia iniciativa fue la del talón. “La respuesta fue la misma, no habría problema, pero los gastos los tendría que pagar yo como cliente”, critica, reconociendo que, finalmente, no le va a quedar más remedio que “pagar eso para poder disponer de mi dinero donde yo quiera, y no va a ser con ellos”. “Son como las funerarias, quieren hacer negocio hasta la muerte”, sentencia.

Un caso similar es el de un jubilado de Andalucía que, tras ver la noticia en eldiariocantabria.es, se ha puesto en contacto con esta redacción para relatar que, por problemas de salud, no dispone de tarjeta de crédito y, por lo tanto, le es imposible sacar dinero en un cajero automático. “Unicaja me vuelve loco, me cobra comisiones por respirar”, explica este usuario que, según detalla, “me tengo que cruzar Granada para ir a sacar dinero” presencialmente.

La distancia que tiene que recorrer, unido a su condición personal, le obliga a sacar grandes cantidades cada vez que acude a la sucursal. “Siempre me llevo dinero más que suficiente, pero no puedo sacar lo que yo quiero”, lamenta, denunciando lo que considera “una marginación absoluta”.

Y es que, en su caso, necesita sacar 5.000 euros cada vez que acude al banco. Pudo hacerlo la primera vez, pero desde entonces le impusieron un límite de 3.000 porque “teóricamente el Gobierno de España pide un control exhaustivo para cantidades superiores a 3.000 euros”. Dicho control, en realidad, consiste en “justificar que no es dinero negro”, señala este jubilado, que, a medio camino entre la ironía y el enfado, recuerda que “lo mío es una pensión pública”. Lo cierto es que su situación con Unicaja no es la única mala experiencia. Según explica, con Bankia llegaron a “dejar de pagarme la pensión”.

NÓMINAS Y COMISIONES

Lo ocurrido con el ingreso de su pensión es un caso similar al que denuncian otros clientes de Unicaja, que en diferentes respuestas y comentarios al artículo publicado por este medio aseguran que “es una vergüenza como entidad bancaria”. “Liberbank no era santo de mi devoción”, afirma este usuario, pero “estos se llevan el premio gordo, ingresan las nóminas cuando les da la gana”.

Otros clientes hacen hincapié en las “muchas comisiones” que cobran, algo que no les ocurría con Liberbank antes de la absorción. “Dicen una cosa y después otra, ingresan las nóminas y demás siempre tarde, son unos ladrones y unos estafadores”, denuncian.

En este sentido, hacen referencia al Plan Cero Comisiones que se anuncia en muchas sucursales de la entidad. A su juicio, utilizan este reclamo, pero “ellos no nos lo van a pagar”, y “aunque tengas domiciliada la nómina te las cobra igual”. “Y cada vez más, aunque pagues con tarjeta en supermercados o donde sea, lo mismo. Son unos ladrones pero bien”, critican.

Sobre las comisiones, un antiguo cliente recuerda que “cancelé a tiempo mi cuenta en ese banco” cuando le llegó la “primera comisión inesperada”. Y sobre el trato dado por los profesionales de las sucursales, algunos lo califican de “vergüenza”, apuntando que “están trabajando fatal”.

Todo ello en un contexto en el que la entidad está reduciendo su presencia a nivel nacional con el cierre de muchas sucursales y la reducción de la atención personalizada, fundamental para un sector de la población, el de los jubilados, que en muchas ocasiones necesita la atención de una persona para poder realizar sus gestiones.

En este sentido, no han sido pocas las manifestaciones y concentraciones de pensionistas y afectados por el cierre de oficinas, sobre todo en el ámbito rural, como es el caso de las protestas Ajo o Novales, donde los ayuntamientos han tomado también cartas en el asunto para tratar de llegar a puntos de encuentro que eviten el cierre de estas sucursales.
 

Hablan en primera persona los clientes de Unicaja, que denuncian que “quieren hacer...
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