Los letrados cántabros que prestan el turno de oficio han vuelto a solicitar una reunión con la consejera de Presidencia y Justicia, Isabel Urrutia, para lograr un servicio con unas condiciones "dignas" y unas retribuciones "actualizadas y acordes" al trabajo que realizan.

"No nos basta con una placa en una calle reconociendo nuestra labor", han señalado estos abogados, en un comunicado remitido a Europa Press, en el que indican que siguen secundando la huelga indefinida convocada a nivel nacional, "aún sin el apoyo de nuestro Colegio profesional".

Aseguran que este paro está provocando la suspensión y paralización de "multitud" de procedimientos, aunque no han dejado de prestar los servicios mínimos.

"Luchamos por una asistencia jurídica gratuita, como servicio público de calidad, tanto para el ciudadano que lo recibe como para los profesionales que lo prestamos", reivindican los letrados de la justicia gratuita en esta región, que creen que la situación en que se encuentran es "insostenible".

Señalan en este sentido que llevan años reclamando, aunque "sin ningún éxito", unas condiciones "dignas" en la prestación del servicio y unas retribuciones "actualizadas y acordes" a la labor que desempeñan.

Peticiones que "nunca" han tenido respuesta ni han sido "atendidas", de ahí que el colectivo esté secundado la huelga y distintas concentraciones, en Santander y Madrid, para exponer sus reivindicaciones.

Así, aseguran que el colectivo ha "llegado a un punto límite", pues sus peticiones "han sido ignoradas demasiado tiempo", por lo que siguen padeciendo un turno de oficio "precario, insuficiente y mal retribuido".

"El gasto por habitante en Cantabria nos sitúa un 15 por ciento por debajo de la media nacional", se lamenta, para quejarse también de que la aprobación del reglamento sobre la asistencia jurídica gratuita en Cantabria "se ha revelado inútil e insuficiente", hasta el punto de que -según indican- los responsables públicos se han visto "obligados a desecharle y reconocer que hay que redactar uno nuevo".

Y esto "nos eterniza en un nuevo bucle de trámites administrativos a los que, como colectivo, no podemos, ni estamos dispuestos a esperar".

"La constitución de la enésima mesa de trabajo cargada de las habituales buenas intenciones de siempre es la prueba palpable de todo ello", ponen como ejemplo para finalizar.