sábado. 27.04.2024

¿Sabías que esos calambres que sufres pueden tener que ver con tu tratamiento contra el colesterol o que la sequedad de boca es causada por un fármaco del que no sospechas? Medicamentos muy comunes y necesarios están detrás de algunas reacciones adversas que cualquiera puede padecer. La OCU ha detallado varias reacciones adversas comunes que son causadas por medicamentos que utilizan muchas personas.

Los medicamentos son sustancias químicas o biológicas diseñadas para ejercer un efecto beneficioso en nuestro cuerpo, ya sea de tipo terapéutico, preventivo o incluso diagnóstico. Pero también pueden provocar otros efectos en el organismo: cuando eso ocurre, se habla de efectos secundarios o colaterales y, en teoría, pueden ser tanto positivos como negativos. No obstante, la gran mayoría resultan perjudiciales para la salud, son las llamadas reacciones adversas a los medicamentos o RAM. 

4 REACCIONES ADVERSAS DE MEDICAMENTOS MUY HABITUALES 

Antihipertensivos y tos persistente

Los IECA o inhibidores selectivos de la enzima convertidora de angiotensina son una familia de medicamentos que inhiben una enzima necesaria para la producción de angiotensina II, hormona que produce vasoconstricción y en consecuencia aumento de la presión arterial. Los IECA al inhibir la formación de esta sustancia consiguen disminuir la presión arterial y hacen que el corazón no tenga que trabajar tan duro. Esos fármacos son enalapril, ramipril, captopril, lisinopril, perindopril, fosinopril, trandolapril, quinapril, benazepril o imidapril.

El problema de los IECA es que impiden que esa misma enzima a la que se inhibe intervenga en otros procesos, y como consecuencia de ello se acaba acumulando en el organismo la bradiquinina, que causa una tos seca y persistente.

Para evitarlo, el médico puede interrumpir el tratamiento con estos farmacos y recetar otros, los conocidos como ARAII (candesartan  losartan, irbesartan, valsartan, etc.), que bloquean la acción de la angiotensina II sin afectar los niveles de bradiquinina.

Antiinflamatorios y molestias gástricas 

Los AINE o antiinflamatorios no esteroideos son un gran grupo de fármacos, que incluye principios activos tan comunes como ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, dexketoprofeno, ketoprofeno, aceclofenaco, indometacina, ketorolaco, nabumetona, ácido mefenámico o ácido acetilsalicílico. Son capaces de combatir el dolor e inhibir la formación de las prostaglandinas, unas sustancias que facilitan los procesos inflamatorios. El inconveniente es que sin esas prostaglandinas se queda la mucosa gastrointestinal desprotegida, con lo que quien toma AINE regularmente se expone a sufrir desde molestias gástricas hasta hemorragias, úlceras y, en los casos más graves, perforación gastrointestinal.

El médico debe valorar si se puede retirar el AINE y, si no es posible, puede considerar acompañarlo de otro medicamento que actúe como protector del estómago.

Estatinas y dolor muscular

Simvastatina, atorvastatina, pitavastatina, rosuvastatina, lovastatina, fluvastatina o pravastatina son las estatinas, el tratamiento de elección para bajar el colesterol. Por motivos que aún se desconocen, a veces producen daños en el tejido muscular de distinta gravedad, aunque lo más habitual es que se limiten a dolores o calambres.

Para evitarlo, el médico primero prueba a suspender el tratamiento durante varias semanas hasta que cesan las molestias y luego puede intentar reintroducir nuevamente el tratamiento, pero a menor dosis. Si no hay mejoría se puede cambiar a otra estatina u escoger un hipolipemiante de diferente familia.

Bloqueadores de acetilcolina y sequedad de boca

Los medicamentos con efecto anticolinérgico son muy variados y se usan con fines terapéuticos diversos, por ejemplo, para combatir la incontinencia urinaria, o para tratar afecciones broncorespiratorias, pero tienen efectos indeseados, pues provocan, por ejemplo, sequedad de boca, de ojos, de piel, estreñimiento, taquicardia, retención urinaria... En personas mayores pueden llegar a provocar la pérdida de memoria, deterioro cognitivo, confusión, delirios, mareos, caídas...

El médico que trata a mayores polimedicados deberá tener en cuenta todo esto, y ajustar muy bien las dosis o buscar alternativas.

Desde la OCU recuerdan que es muy importante leer siempre el prospecto del medicamento para comprobar cuáles son las reacciones adversas conocidas de cualquier fármaco y si sospechas que el medicamento que nos estamos tomando es el responsable de alguna reacción de tu organismo, especialmente si nuestra sospecha no viene reflejada en el prospecto, también es muy importante notificarlo, primero de todo, al médico prescriptor y luego a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios a través de su formulario electrónico de Notificación de Sospechas de Reacciones Adversas a Medicamentos.

Estas son las reacciones adversas de los medicamentos comunes
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