domingo. 12.05.2024

La fragilidad

La mente es ese mecanismo capaz de hacer posible, incluso lo imposible, de trasladarnos en el tiempo, en el espacio, de crear situaciones inverosímiles y maravillosas, pero también muy frágil, puede confundir realidad, deseo y ficción. 

La vida es un milagro que la ciencia intenta explicar, y que todavía se queda a medio camino, entre lo que conocemos que creemos que es mucho, y lo que ignoramos que es mucho más, una inmensidad.

Nuestra propia aparición como especie no está exenta de oscuridad, pero esa evolución que se ha podido exponer por los expertos en la materia, sigue teniendo los famosos eslabones perdidos. Nuestras capacidades tan diferentes de nuestros hermanos primates, se intentan explican en la antropología, paleontología por muchas razones, sobre todo el hecho de andar sobre dos piernas, y liberar nuestras manos, y el crecimiento del cerebro y su relación directa con una cierta dieta determinada. Lo peor de resumir algo complejo en una frase es que nos puede pasar lo de verdad a medias, que la final sea el mayor engaño.

Aquellas preguntas tan simples y básicas de ¿dónde venimos?, ¿a dónde vamos?, e incluso ¿quiénes somos? No es cuestión que se puede resumir en una frase, como hacen los políticos con los temas complejos, esto es resumir todo en un eslogan. Lo cierto es que nuestra especie nos maravilla, capaces de hacer los instrumentos más avanzados que surcan por los mares y cielos, las maquinas más precisas que pueden operar de ciertas dolencias, los ordenadores tan potentes, mil veces con más capacidad que la nuestra para guardar datos. Aunque siempre hay cuestiones que son complicadas de imitación: la sensibilidad, la vergüenza, la sensación de felicidad y la propia maldad. La mente es ese mecanismo capaz de hacer posible, incluso lo imposible, de trasladarnos en el tiempo, en el espacio, de crear situaciones inverosímiles y maravillosas, pero también muy frágil, puede confundir realidad, deseo y ficción. 

Ahora bien, cuando uno intenta profundizar en todo ello, se da cuenta de que lo obvio, lo que está delante de nuestros ojos, muchas veces no lo queremos ver. Basta un simple resfriado, que nos suba la fiebre dos grados, para que la percepción de la realidad sea diferente, y aquello que teníamos que hacer imperativamente, ya no sea posible. Nuestro propio estado de ánimo tiene mucho que ver con la toma de decisiones.

La enfermedad es aquello que nos pone ante nuestra propia fragilidad, el sueño de algunos de ser eternos

La enfermedad es aquello que nos pone ante nuestra propia fragilidad, el sueño de algunos de ser eternos, se decía que "la muerte es una mala costumbre que tenemos seres vivos en nuestro planeta". Si llegamos a los 90 años somos unos privilegiados, en un camino de relevos de sucesivas generaciones de hijos, padres y abuelos, que durante la mayor parte de la misma nos la pasamos pensando que somos eternos.

Así la maldad, el egoísmo, que algunos intentan justificarlo por venir en unas épocas de lucha por la supervivencia, sabemos que la necesidad agudiza el ingenio, así se dice que el mundo avanza más rápidamente en los periodos de crisis. A veces sientes que se hace de cosas irrelevantes, problemas interminables, créese superiores por nacer en una parte u otras del planeta, con más derechos sobre el mismo. Buscar la diferencias entre los de tu especie, separando los que piensan como tú de los demás, o los que han nacido en la pobreza, como si su vida tuviera un valor mucho menor que las nuestras. 

A veces, lo que es peor, ni se piensa simplemente se da por hecho. El dominio de uno sobre otros, no hace tanto tiempo la esclavitud, era normal e incluso legal. En nuestro tiempo hemos avanzado mucho, pero tenemos otras situaciones que se pueden asimilar. Así para que en occidente llevemos zapatillas de marca, en oriente se explota a niños, sobre ello, y otras explotaciones, se pasa poniendo las cortinas de la indiferencia, sobre todo aquello que molesta, que no se quiere ver. Si insistes en la denuncia te acusarán de demagogo, extremista o desertor de sistema.

Una sociedad que desprecia, o que orilla a los mayores es una sociedad enferma

Lo que es cierto es que cuando has pasado muchas etapas de tu vida, puedes perder neuronas por camino, y rellenar el hueco de recuerdos, y experiencias que nos pueden ser muy útiles. Una sociedad que desprecia, o que orilla a los mayores es una sociedad enferma, que desaprovecha esos recursos de sabiduría. Sin duda, la nuestra así los hace, solo recordar cómo han fallecido más de cuarenta mil ancianos en residencias sin que haya ningún responsable por ello, habla de lo poco que nos importan, de unas instituciones más preocupadas por unos indultos, que un "geriatricidio". 

Cantaba Sabina "A la sombra de un cine de verano, /Juegos de manos,... Siempre daban una de romanos. Además del florecer de la adolescencia, estaba Panem et circenses, práctica de tantos gobiernos para ocultar hechos controvertidos, burdas mentiras, subidas de la luz,..., si algo saben los que mandan es cómo ganar voluntades, decir lo que otros quieren oír, la verdad se suicidó entre tantas palabras. Hace apenas un mes Joe Biden llamaba asesino a Putin, mientras Netanyahu bombardeaba la población civil en Palestina. Esta semana Biden ha pasado a considerar al dirigente Ruso como un gran estadista, digno, brillante... Era el poeta palestino Mahmoud Darwish el que nos hablaba "contra la barbarie, la poesía puede resistir si confirma su adhesión a la fragilidad humana, como una brizna de hierba que crece en una pared, mientras los ejércitos marchan por..."

Eso del poder también debe venir en el ADN de algunos, la de seguir al abanderado, al líder, al macho alfa, aquel que separe las aguas del mar para que pasemos felices todos, aunque no exista ni el mar, ni el problema. En nuestro país los mayores problemas son inventados por nuestros líderes políticos. Así las cuestiones territoriales, ahora estamos descubriendo que hace siglos pertenecíamos a clanes diferentes y eso nos hace espaciales, se reescribe la historia a gusto del consumidor; bueno, del que paga, los que se envuelven en los símbolos de todos, pero no para compartirlos, sino para apropiarse de ellos y excluir a los demás, no estamos muy seguros que, en nuestro caso, no haya una involución en lugar de una evolución de las especies.

Hay quien sostiene que estamos maltratando y machacando a la naturaleza, llenamos de contaminación la atmósfera y los mares, y esta se defiende con una guerra biológica, así nos avisan de que nos tenemos que preparar para otras pandemias. Los expertos temen, además del covid-19 y sus posibles mutaciones, están amenazándonos la gripe aviar, la gripe porcina,... 

Tantas diferencias, tantos cuentos para no dormir, para no ver nuestra propia fragilidad, esa que nos acompaña durante todas las etapas de nuestra vida, sobre todo al inicio y al final de la misma. Así los grandes filósofos intentando comprender y explicarnos el sentido de la enfermedad, el dolor, la muerte,..., y nosotros aquí viendo la Eurocopa.
 

La fragilidad
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