La pólvora se quemaba esperando el momento mágico de las campanadas, incluso algún vecino no tiraba petardos, sino que disparaba los doce cartuchos de su escopeta de caza subido al tejado.
Se está convirtiendo en tradición que la llegada de los reyes magos de Madrid sea el contexto ideal para que el patinazo de algún personaje público provoque la carcajada general. Si el año pasado el…