En apenas veinte ediciones, Guerras Cántabras ha conseguido convertirse en una de las fiestas más importantes y originales de España. Miles de viajeros de todo el mundo aprovechan el último fin de semana de agosto y el primero de septiembre para conocer el Valle de Buelna y disfrutar de un evento que ha conseguido, gracias al trabajo y la ilusión de miles de festeros, un reconocimiento unánime, pero… ¿Qué es lo que hace distinta esta fiesta?
Apuntamos aquí cinco razones que la convierten en una fiesta única.
1.- Participación: Durante una semana más de 1.500 festeros levantan de la nada un inmenso campamento en el que disfrutar de la convivencia; y eso, la convivencia, es probablemente el mayor valor de este evento. Personas de distintas ideología, generaciones, gustos y pensamientos consiguen ponerse de acuerdo para pasar diez días juntos compartiendo conversaciones, comidas, cenas, trabajos, risas y esfuerzos. 13 tribus cántabras y 12 legiones romanas forman este campamento que se convierte en el mayor parque temático efímero sobre la historia en el norte de España.
2.- Representaciones: La excelencia de las representaciones teatralizadas se ha convertido en uno de los sellos de calidad de Guerras Cántabras. Bajo la dirección artística de Anabel Díez, se recorren mediante estas representaciones la historia de los hechos que acontecieron en el siglo I A.C en Cantabria. Horas de ensayo y preparación consiguen que el espectáculo de la historia nos emocione, distraiga y conmueva. Contada a la manera de las series en las que es posible ver un capítulo solo, pero que si los ves todos te cuenta una historia general, es de destacar además que el elenco de personajes es muy variado que no solo se busca la historia de las personas “importantes”, sino que además, se intenta reflejar las vidas heroicas de personas normales; así Octavio Augusto, Agrippa, Corocotta, o las diosas Minerva y Cantabria conviven y comparten protagonismo con Silenia, Drusilla, o la familia de Furio el lanista.
3.- Asesoramiento histórico. El trabajo de los arqueólogos Lino Mantecón y Javier Marcos han hecho que estemos ante uno de los eventos donde más se cuidan los detalles, como el vestuario, atrezo, peinados y joyas de los protagonistas. Nada de lo que ocurre en Guerras Cántabras es porque sí, todo tiene una explicación en detalles encontrados en alguna excavación. El ciclo de conferencias sobre la Edad de Hierro que se celebra durante las fiestas se ha convertido además en un referente en todo el país.
4.- Diversión: Guerras cántabras es un inmenso juego de rol, en el que cada uno encuentra fácilmente un papel que desempeñar; por eso reúne no solo a vecinos, sino a gentes llegadas de toda la región. Hay quienes se interesan por la cocina histórica y durante diez días cocinan para su tribu o legión. Hay quienes están interesados en las armas y se convierten en guerreros, hay quienes disfrutan actuando y se transforman en actores y actrices, o quienes descubren la gestión de grupos y se erigen como representantes de las tribus y legiones. Hay quien baila y canta o disfruta de conversaciones al calor de las hogueras. Las posibilidades de participación son tantas como personas.
5.- Hospitalidad: Hace veinte siglos, los Cántabros entregaban a los viajeros la tessera hospitalis para que pudieran viajar seguros por todo su territorio, sintiéndose tan seguros como en su propia casa. Hoy la hospitalidad sigue siendo un sello para ellos. Los viajeros son recibidos en el campamento con los brazos abiertos, llegando al punto que el día del desfile por la mañana, se celebra la gustatio, original acto en el que los festeros ofrecen comida y bebida a los visitantes que se acercan al campamento.
Todo esto es Guerras Cántabras, una fiesta donde 1500 fiesteros conseguirán que te diviertas, te sientas parte de ella, disfrutes con las representaciones y aprendas de la historia. Si quieres viajar en el tiempo, no te lo pienses y acude el 25 de agosto a la apertura de las puertas de la historia en Los Corrales de Buelna.
