jueves. 02.05.2024

La banda sonora de nuestras vidas

Es 8M y las agendas culturales del país se llenan de encuentros de mujeres, mesas redondas con voces feministas, exposiciones de artistas femeninas, conciertos de músicas… y mucha gente se pregunta si esto es necesario. Sin ir más lejos, esta misma semana, en el Parlamento de Cantabria, la máxima representante institucional de la Cultura en nuestra comunidad defendía haber contratado a una banda de cinco hombres para celebrar el Día de la Mujer, y cargaba contra el hecho de hacer convocatorias que ayudaran a equilibrar el peso que tenemos las mujeres en el panorama artístico nacional.

“Le pregunté a las amigas de mi hija de 15 años qué opinaban de que hubiera programas y espacios, por ejemplo en cultura, específicamente para mujeres, y me dijeron que les parecía discriminatorio”, con estas palabras tan poco afortunadas, desde el Gobierno de Cantabria se ridiculizaba los programas que promueven la igualdad real en ámbitos artísticos.

Los festivales de música son, en cierto modo, un reflejo de la sociedad en la que vivimos

Os propongo ahora analizar si esto es cierto, poniendo sobre la mesa los datos reales para poder ver lo flagrantemente machista que es la esfera musical en España. Vamos a ver por qué es necesario que existan espacios culturales que impulsen la visibilidad de las mujeres si de verdad se quiere llegar a una igual-dad real. Destripemos cuál es la realidad sobre el escenario en los principales festivales de nuestro país, fijándonos en el porcentaje de mujeres y de hombres protagonistas en los carteles de algunos de los eventos musicales con mayor número de asistentes que se han programado para el año 2024.

Quiero comenzar con el Viña Rock, uno de los grandes clásicos de España, que desde hace 28 años es referencia en los festivales de rock, rap y mestizaje. Con sus grandes banderas rojas intentan tapar la escalofriante cifra de que sólo el 6% de las artistas contratadas son mujeres. Pensadlo por un momento, en España hay algo más de un 51% de mujeres, ¿cómo es posible hacer un cartel de un festival y que sólo el 6% del espacio lo ocupemos nosotras?

Poco mejor parado sale el FIB, la Meca de los indies. En la edición de este año, en el festival de música indie más importante del país las mujeres somos el 9% del cartel, frente al 91% de hombres.

Con el mismo porcentaje se encuentra el Arenal Sound, otro de los grandes eventos del verano. De hecho, lo normal es que las mujeres no lleguemos ni a ser uno de cada diez artistas. Así tenemos al Azkena Rock (92% hombres, 8% mujeres), Tsunami Xixón (91% hombres, 9% mujeres), Palencia sonora (90% hombres, 10% mujeres), Iruña Rock (90% hombres, 10% mujeres), O Son Do Camiño (86% hombres, 14% mujeres) … Otro mítico, el Resurrection Fest, no me he atrevido a analizarlo…

La desigualdad es tan grande, que los eventos en los que somos 2 de cada 10, como el Sonorama Ribera (82% hombres, 18% mujeres), el San San Festival (80% hombres, 20% mujeres) o el Interestelar (78% hombres, 22% mujeres) son de que los que mejor paradas nos dejan.

He pasado horas con papel y boli delante del ordenador, analizando los carteles. Sabía lo que me iba a encontrar, pero incluso sabiéndolo, me han apenado las cifras. Cómo será la cosa, que, al volcar los datos en una tabla de Excel, el cartel en el que salíamos mejor parada apenas llegábamos a ser tres de cada diez.

Los festivales de música son, en cierto modo, un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Nuestros gustos musicales y los festivales a los que elegimos asistir tienen mucho que ver con nuestra personalidad y entorno social en el que nos movemos. La música nos acompaña prácticamente en cada momento de nuestra vida: cada estado de ánimo, cada situación, tiene su banda sonora. Y estos lugares son el espacio perfecto en el que escuchar la banda sonora de nuestra vida.

En una sociedad supuestamente feminista e igualitaria, ¿tiene sentido que el 80% de nuestra banda sonora tenga voz masculina? ¿Por qué, en una sociedad que avanza día tras día, hacia la igualdad de género en prácticamente todos los ámbitos de la vida, seguimos observando estas diferencias tan evidentes? Dejemos para otro día el ahondar en las razones de fondo de las desigualdades: por qué los hombres pueden dedicar más tiempo a sus carreras musicales, ensayos, grabaciones, viajes… 

Termino mi reflexión con el top 3 de los festivales menos desigualitarios, encabezado por el Primavera Sound (69% hombres, 31% mujeres), el Mad Cool (71% hombres, 31% mujeres) y el Zeidfest (76% hombres, 24% mujeres). Esto nos deja entrever que el futuro de la igualdad en el ámbito musical está en la esfera más alternativa. Aunque sea una pequeña píldora, es una triste medalla que demuestra lo lejos que estamos aún de la igualdad en la música y, sobre todo, demuestra que sí, son muy necesarios los espacios que promocionan a artistas femeninas.

La banda sonora de nuestras vidas
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