El pasado 10 de febrero se cumplieron 92 años de la fundación de las Juventudes Socialistas de Cantabria, algunos se preguntan en los medios de comunicación si las secciones juveniles de los partidos políticos deberían existir y, por tanto, considero necesario dar una respuesta afirmativa a todos aquellos que ven lo peor de la política en organizaciones como la nuestra.
Se habla constantemente de la contestación al poder como algo positivo y creo que se desconoce la labor interna de divulgación y de confrontación de ideas que se dan en el seno de los partidos políticos, a menudo con las generaciones más jóvenes como protagonistas, porque es natural que la óptica desde la que se miran las cosas es muy diferente.
La conciencia de clase que nos une en torno a la idea de la igualdad de oportunidades para todos y todas es una idea tan noble que dignifica la vida
Y es que a pesar de considerar la intergeneracionalidad como algo muy positivo para construir una organización o una sociedad, me parece igual de importante que haya espacios en los que se discuta cuando las características sociales son comunes, como también lo considero esencial con los espacios no mixtos feministas que se han puesto de actualidad.
En organizaciones como Juventudes no venimos aprendidos. Entramos, nos relacionamos, conocemos el mundo que nos rodea a través de nuestra ideología, pero, sobre todo, nos formamos, para poder dar nuestra visión con coherencia, experiencia y sentido del deber con nuestra sociedad.
Hace tan solo dos años que celebramos nuestro 90 Aniversario, poco después del comienzo de mi mandato como secretario general, y homenajeamos a todos los que me precedieron en la etapa democrática, sin olvidarnos de las vicisitudes que tuvieron que pasar quiénes militaban en la época de la guerra y después en el terrible frío que asolaba el exilio en la dictadura.
Siento mucha responsabilidad cuando pienso en el peso de la historia que tiene sobre sí Juventudes Socialistas en Cantabria, al igual que mucho orgullo cuando pienso en sus reivindicaciones, siempre de interés y con el foco puesto en la justicia social. La conciencia de clase que nos une en torno a la idea de la igualdad de oportunidades para todos y todas es una idea tan noble que dignifica la vida.
En estos momentos en los que parece que los derechos con los que hemos vivido siempre quieren extirparlos de nuestra democracia o se ven amenazados por ideologías contrarias a la convivencia, debemos tener presente que más que nunca, somos necesarios para alzar la voz en favor de una juventud diversa, preocupada y comprometida con nuestra democracia.