sábado. 27.04.2024

La historia de Pedro Blanco Gutiérrez es un ejemplo de superación y de hacer de la adversidad, una oportunidad. Un talento precoz para el bolo palma, de los que llegaron a División de Honor y a ponerles las cosas complicadas a los mejores de la historia; a quien le diagnosticaron, tras una operación de cadera, que no podría volver a hacer deporte. Y lejos de hacerse realidad el peor de los pronósticos, no es solo que volviera a hacer deporte, sino que es uno de los mejores de Cantabria en las carreras de montaña por encima de los 50, 70 y hasta 100 kilómetros de distancia. No quiso ni oír hablar de prótesis, ni de reposo, un día se puso a correr y no quiso volver a mirar atrás, como Forrest Gump. Correr para sobrevivir. De la élite del bolo palma, a la élite del trail. De compartir bolera con Jesús Salmón y ‘Tete’ Rodríguez, a compartir montaña con Kilian Jornet. Esta es su historia.

-Antes de las carreras de montaña jugaste a los bolos y además en División de Honor, a un nivel bastante alto, ¿verdad?

Sí, me arreglaba. Había un grupo de la élite, donde estaban los ocho o diez mejores, los Jesús Salmón, Tete y compañía, pero después había otro grupo, otros 20 o 25 que de vez en cuando les dábamos un susto. Yo estaba en ese grupito. 

-¿Cuándo empezaste y hasta qué edad jugaste al bolo palma?

Empecé a jugar desde los 8 años y estuve jugando hasta los 35, cuando me operé de la cadera y a raíz de ahí tuve que hacer un cambio mental brutal porque me dijeron que no podría jugar más a los bolos. Empecé de niño en la escuela de Toño Gómez y la verdad es que se me daba bien, hice un buen palmarés porque fui Campeón de España infantil y juvenil, también fui Campeón Regional juvenil y estuve en muchas peñas: en Monte, en La Carmencita, en La Rasilla, en Quijano…

-¿Cuándo te dijeron que no podrías jugar más a los bolos?

Hace siete años que me operé, con 36 exactamente, y después de la operación jugando a los bolos todavía sentía molestias porque, aunque es un deporte estático completamente, hay mucha rotación de cadera. No sé si era mental, pero no estaba a gusto conmigo mismo y lo dejé.

-Tu viviste esa etapa gloriosa del bolo palma, ¿qué crees que habría que hacer para no dejar morir este deporte y regresar a aquella época?

Ha sido la época más más dulce del bolo palma, era ir a jugar competiciones y Campeonatos de España y llevar a 3.000 personas a la bolera.

Te temblaba el pantalón, como digo yo siempre, metías una buena bola con la bolera llena y era una sensación muy bonita.

Pedro Blanco Gutiérrez

Se está perdiendo un poquito lo que es la tradición, sobre todo entre la gente joven, en colegios, cada vez hay menos licencias… se creó un proyecto, Madera de Ser, sí, pero al final yo creo que le ha faltado recorrido. No soy un entendido en la materia, pero bueno yo creo que habría que insistir por ese lado, en la educación, para poder llegar a todos los niños y que por lo menos lo conozcan y lo puedan jugar como parte del temario de educación física.

-¿Y por qué llegó esa pasión por las carreras de montaña?

No me encontraba bien jugando a los bolos y empecé a correr para seguir haciendo deporte. Y eso que el cirujano me lo desaconsejó totalmente, me decía “¿pero tú estás loco?” porque es una actividad con impacto y eso para la cadera es horrible. Pero desde que corro he notado una mejoría.

-Pero de empezar a correr después de una operación a hacer carreras de montaña tiene que haber un proceso largo.

Totalmente. Hay un proceso y, además, es que encima yo era fumador, ya era el chiste completo. Al principio lo que yo solía hacer era medias maratones. Un día, en una salida, me di cuenta de que estaba haciendo el tonto e hice un cambio de mentalidad para tomármelo más en serio. Empecé a cuidar la nutrición, a hacer ejercicios de fuerza en el gimnasio para fortalecerme y prevenir lesiones, y poco a poco fui aumentando la distancia. Y me encontraba más cómodo en carreras de larga distancia con mucho desnivel porque eso me permitía no tener que ir tan rápido.

Una Ultramaratón del Soplao, por ejemplo, para mí es ideal, ahí me muevo como pez en el agua y cuando se pone dura la carrera, ahí le saco todo el jugo a mi cuerpo. En las carreras más cortas te llega la juventud y te aprieta porque ellos vuelan.

Aquí en Cantabria, en la Ultra del Soplao este año hice octavo y fue una sensación muy buena porque todo me salía muy rodado, y eso que pasamos una noche con agua, con frío, pero la verdad es que las sensaciones son muy buenas.

Te pega el subidón de repente, tienes otros momentos de defensas bajas después de estar 13 o 18 horas corriendo, son carreras donde la mentalidad es muy importante porque el cuerpo te pide parar, pero si tú le dices que siga y le exprimes, es cuando más lo disfrutas. El Desafío Cantabria también es una prueba que me gusta mucho, por ejemplo.

Pedro Blanco Gutiérrez

-¿Cómo gestionabas, sobre todo al principio, esos momentos de debilidad mental después de pasar por una operación de cadera?

Luchando, prueba a prueba, a medida que vas compitiendo y no sientes dolor y que haces revisiones con el cirujano y todo va bien.

El cirujano me decía al principio “¿tú qué quieres, que te pongamos una prótesis?” pero aquí estoy. Son satisfacciones personales tremendas porque estoy mejor que nunca. 

-¿Y qué objetivos te marcas de ahora en adelante?

El año que viene quiero dar el salto a los Pirineos, quiero hacer la Canfranc-Canfranc. Son pruebas en las que corres mucho tiempo por encima de los 2.000 metros y es un reto personal. 

-Y para terminar, ¿hasta cuándo vas a seguir compitiendo?

Hasta que el cuerpo aguante. Tengo 44 años y creo que todavía tengo cinco o seis años de mejora, porque he empezado tarde, y digamos que ahora estoy enseñando al cuerpo. Tengo que mejorar muscularmente y aprender dónde están mis fortalezas y mis debilidades. Además, a nivel de motivación tengo muchísima. Un buen día terminas en el TOP 10, como en El Soplao, y si faltan los élite pues igual un día rascas un podio y ves que todo lo que vas sembrando, da sus frutos.

Pedro Blanco Gutiérrez

Correr para sobrevivir
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