martes. 19.03.2024

El joven acusado de violar a una menor de 17 años a la que conocía ha negado la agresión sexual y ha explicado que el día de autos mantuvo relaciones sexuales "consentidas" con la chica, al igual que había hecho "varias veces" con anterioridad. La chica, que ha declarado a puerta cerrada en el juicio celebrado este miércoles en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, se ha ratificado en su acusación previa y ha insistido en que el chico le forzó a mantener relaciones sexuales en contra su voluntad.

Según se ha relatado en el juicio, que ha quedado visto para sentencia tras elevar a definitivas todas las partes sus conclusiones, manteniéndose la petición de 8 años de cárcel por parte de la Fiscalía y las acusaciones, los hechos ocurrieron el 13 de marzo de 2018 a primera hora de la tarde, cuando ambos coincidieron en los aledaños del Ayuntamiento de Santander. A partir de ahí las versiones de ambos difieren.

Ella afirma que se fue con el chico porque éste le invitó a comer en un restaurante que tenía el hombre que lo tenía acogido en su casa y que estaba anexo a su casa. Al llegar a local se encontró con que el restaurante estaba cerrado y ambos subieron a la parte superior porque el acusado le indicó que el comedor se encontraba arriba.

La Fiscalía y las dos acusaciones piden sentencia condenatoria para el acusado ya que entienden que hay prueba "suficiente" de los hechos

Sin embargo, llegaron a una habitación donde el chico comenzó a realizarle tocamientos, ante lo que ella le expresó de forma reiterada su negativa. Pese a ello, según su versión, el chico, agarrándole las muñecas, le quitó el pantalón y la ropa interior y le penetró. Posteriormente, y amenazándole para que no contara lo ocurrido, le dejó marchar.

Sin embargo, el acusado se ha mostrado contrario a este relato de hechos y ha relatado que, con anterioridad a ese día, había mantenido relaciones sexuales con la chica "varias veces", algo que ella, por lo que ha dicho su abogada, ha negado en su declaración a puerta cerrada, explicando que el acusado era "amigo de unos amigos" pero que nunca se había ido a solas con él.

El acusado ha explicado que "en ningún momento" invitó a la chica a comer sino que le dijo que fueran a fumar un cigarro, una expresión con la que -ha dicho- ambos "entendían" que se refería a mantener relaciones sexuales. Para ello, ha narrado que se fueron a casa, donde según ha explicado, ya había tenido relaciones con la chica con anterioridad. Bajó un colchón de su dormitorio y lo llevó a lo que ha denominado "el teatro" (una zona de escenario situada en el restaurante), donde tuvieron sexo, pero "consentido".

"No hubo ningún problema", ha asegurado el chico, que ha explicado que, al acabar, la chica le dijo que se tenía que ir a clase y se marchó. De hecho, ha mantenido que esa tarde volvió a ver a la chica en la calle, cuando ésta se encontraba con un amigo, y estuvo con ellos un rato, algo que ella niega.

TESTIGOS

En el juicio, han declarado varios testigos, entre ellos una compañera de instituto de la chica, que ha explicado que esa tarde vio llegar "llorando" a la víctima al centro educativo en que ambas estudiaban y ésta le relató que el acusado le había forzado a mantener relaciones sexuales.

También ha comparecido en la sala la tutora de la chica, a la que la víctima acudió ese día acompañada por su compañera de instituto para relatarle lo que le había ocurrido. La docente ha tildado de "raro" lo que éstas le contaron, aunque sí ha explicado que la víctima, que se mantenía mirando al suelo y apenas hablaba, le confirmó que el chico le habían forzado a tener relaciones.

Además, ha comparecido por videoconferencia un chico que era amigo de la víctima -el cual también ha reconocido haber mantenido relaciones íntimas con la chica en alguna ocasión- y al que la joven también le relató lo que le había ocurrido con el acusado. Este testigo ha señalado que, al contarle lo ocurrido, le dijo a su amiga que lo que le había pasado era una "violación" y le aconsejó denunciar, pero ha señalado que la chica le dijo que ella no lo consideraba como tal.

Por parte del acusado, han declarado su hermano y el hombre que tenía a ambos acogidos en su casa pero que no es padre biológico de los chicos. Estos dos últimos testigos han explicado que estaban en el salón de casa cuando el acusado llegó con la chica a casa -donde han asegurado que ésta había estado más veces- y le vieron coger el colchón pero luego no oyeron voces ni ruidos que les hiciera sospechar de que estuviera ocurriendo lo que la víctima relata.

PERITOS

En el juicio también han declarado varios peritos, entre ellas las médicos que atendieron a la víctima en Valdecilla y que han explicado que en la exploración que le realizaron a la chica apreciaron que tenía unas lesiones "leves" en su zona genital y también presentaba pequeños "enrojecimientos" en el cuello y la mejilla, que aunque podrían ser compatibles con una agresión sexual también podrían serlo con una relación consentida.

Como peritos también han declarado por videoconferencia dos psicólogas que trataron a la víctima para comprobar su estado psicológico y analizar la veracidad o no de su relato. Han explicado que, según el procedimiento aplicado para este análisis, el relato de la víctima es "creíble" y han confirmado que apreciaron en ella síntomas de estrés post-traumático.

CONCLUSIONES DE LAS PARTES

Tras la prueba practicada en el juicio -testificales, periciales y documental-, todas las partes han elevado a definitivas sus conclusiones y su petición de penas. Así, la Fiscalía se ha reafirmado en su petición de 8 años de prisión para el acusado -que ya está en la cárcel por otros hechos-, al que considera autor de un delito de agresión sexual, y de una indemnización de 12.000 euros por el daño moral causado a la chica.

La acusación particular, que ejerce la familia de la chica, se suma a la petición de condena del Ministerio Público y la defensa ha pedido la libre absolución del chico. En el juicio está personado también el Gobierno de Cantabria dado que la chica se encontraba en un centro de menores cuando ocurrieron los hechos.

La Fiscalía y las dos acusaciones piden sentencia condenatoria para el acusado ya que entienden que hay prueba "suficiente" de los hechos. A su juicio, el relato de la víctima es "verosimil", mantiendo siempre la misma versión en el "núcleo central" de lo que relata, persistente en la incriminación y sin contradicciones, además de percibir ausencia de un motivo "espúreo" u "oscuro" para denunciar sin motivo al chico.

Además, consideran que, aparte del relato de la chica, hay pruebas "periféricas" que corroboran su relato, como las lesiones que presentaba o el resultado del análisis psicológico que aprecia síntomas de estrés post-traumático. Asimismo, la acusación considera que la declaración del acusado está "llena de contraducciones en sí misma" y también si se compara con la ofrecida por su hermano y su padre.

Sin embargo, para la defensa "no existen indicios suficientes" para condenar al acusado y cree que hay una serie de hechos y detalles sobre lo ocurrido que son "bastante dudosos", como las "incoherencias" en las horas. Además, cree que en el relato de la víctima hay "contradicciones" y considera que "hace aguas".

El juicio ha quedado visto para sentencia después de que el acusado haya ejercido el derecho a la última palabra para insistir en que "no ha hecho nada" a la chica, a la que ha acusado de estar "mintiendo todo el rato". "En ningún momento le he forzado", ha subrayado.

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