El Ayuntamiento de Santander valora extender el programa municipal de prevención de la violencia de género entre adolescentes, en el que han participado durante el curso 2015/2016 cerca de 600 alumnos de entre 12 y 17 años de doce centros de Santander.
La concejala de Familia y Servicios Sociales, María Tejerina, ha afirmado que las conclusiones obtenidas en los talleres 'Quiéreme bien' ponen de relieve la necesidad de implicar también a los profesores y las familias en la prevención de la violencia de género.
Ha detallado que este programa ha puesto de manifiesto la necesidad de impulsar la creación de planes de igualdad propios para cada centro educativo, y facilitar a los centros nuevo material didáctico para complementar la formación presencial con formación online.
La primera edición de los talleres municipales de buen trato ha estado dirigida a estudiantes de ESO, 1º de Bachiller y Formación Profesional Básica de los colegios San Martín, Ángeles Custodios, Verdemar, Purísima Concepción, María Reina Inmaculada, y Castroverde; los institutos IES Peñacastillo e IES Cantabria; los centros de FP Ceinmark, Decroly, y el Aula de Formación Básica del Ayuntamiento de Santander; y el centro de Educación Especial Juan XXIII.
A través de este programa se quiere desmontar mitos y estereotipos sexistas, promover las relaciones basadas en la igualdad y la libertad, y fomentar el cambio de creencias y actitudes para la erradicación de la violencia hacia las mujeres.
Acompañados por una trabajadora social y una psicóloga, los alumnos han puesto en común sus percepciones sobre las cualidades asociadas a la pareja ideal, han realizado cuestionarios de actitudes y creencias, y han analizado películas, vídeos musicales o campañas publicitarias.
Adolescentes y violencia de género
Según las conclusiones de esta edición, los jóvenes participantes desconocen el concepto de violencia de género y no son capaces de verlo como un fenómeno global, sino que lo confunden con otros tipos de violencia, individualizando los casos y rescatando la idea de la discriminación de los hombres.
Además, reflejan que los jóvenes están bastante concienciados respecto a los abusos que se dan a través de las redes sociales, pero no distinguen entre víctimas y culpables.
