domingo. 28.04.2024

El viernes día 16 de febrero en “La Catedral” sede del Helvetia Anaitasuna, en la finalización del partido ocurrieron una serie de avergonzantes hechos y se disparó -valga la redundancia- numerosas acusaciones en relación a la actuación de la mascota Gigi durante el partido.

Como bien dice Roberto Mtz, creador de contenido Mexicano: “El arte debe ser provocativo, pues no debe ser analizado por sí mismo, sino que debe de apreciarse junto al contexto con el que se está mezclando”. Según mi perspectiva y aunando esta frase, el trabajo de un animador/a y la necesidad de la mascota de un equipo deportivo es entremezclar el arte de animar a los jugadores y a los espectadores de cualquier edad que se encuentran en las gradas, además de provocar al contrario SIEMPRE dentro de unos cauces éticos y morales. Si no existe este hilo conductor, la mascota de un equipo carece de alma.

Dudo que las provocaciones realizadas -según su perspectiva- llegasen a ser de tal calado, por que llorar, Rubén, es lo normal. Por lo menos es un derecho, o casi una obligación que toda persona debería de realizar en momentos de rabia ,de ira o de frustración, incluido los hombres en lo que a usted acaece. No obstante hay quien prefiere amenazar verbalmente con ejercer violencia física delante de la presencia de menores. Y si, yo también suelo llorar. Yo y otros hombres, no me avergüenzo de decirlo.

En todo momento las acciones de Gigi en el final del partido no fueron más que las de buscar la calma y el respeto, con la intención siempre de minimizar la agresiva discordia generada por la respetable decisión de las árbitras.

Es tiempo de no coartar los cauces expresivos de los artistas, es momento de apartar las conductas y el juego agresivo de la cancha y de la vida diaria, de alumbrar las mentiras con la intención de que reine la concordia. Además, y replicando un apartado del comunicado de la Junta Directiva del Anaitasuna repito que en numerosas ocasiones se ha demostrado que la hinchada y la pista ha sido y es ejemplar en conducta, comportamiento y deportividad.

Espero que nos volvamos a ver en otra situación, con otro carácter más conciliador y respetuoso. Quizá hasta lloremos mientras nos damos un abrazo después de charlar sobre el pasado, porque la ternura Sr. Garabaya, la ternura lo gana todo.

Un cordial saludo,

Gorka B

Al entrenador del equipo Blendio Sinfín, Rubén Garabaya Arenas
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