La Guardia Civil de Cantabria ha localizado en buen estado en una cabaña de los montes de Vega de Pas a una mujer de 38 años y natural de Finlandia junto a su hijo, con el que había abandonado su país pese a tener custodia compartida.
Así, la mujer ha sido detenida ya que pesaba sobre ella una orden europea de detención y entrega por supuesta sustracción parental del menor, y ya se encuentra en prisión. Por lo que respecta a su hijo, de siete años, en la actualidad ya se encuentra en su país de origen.
Los agentes hallaron a esta madre y a su hijo el pasado 26 de marzo en la zona de Bustalpellón-Vega de Pas, situado a más de una hora a pie de la población más cercana, tras varios días de gestiones y búsquedas en parajes y cabañas aisladas por parte de efectivos de la Guardia Civil no uniformados para no levantar sospechas.
Según ha informado el Cuerpo, se encontraban en una cabaña de piedra, aparentemente sin luz, y una vez confirmada la identidad de ambos fueron trasladados a las dependencias de la Guardia Civil para dar cumplimiento a la orden europea. Tras informar a las autoridades judiciales de la detención de la mujer -los Juzgados de guardia de Medio Cudeyo y Central de Instrucción de Madrid-, esta ingresó en prisión.
A principios de marzo, la Guardia Civil recibió un requerimiento de las autoridades filandesas comunicando que en la zona de Vega de Pas podrían encontrarse una mujer y su hijo, que habían abandonado su país pese a tener el menor custodia compartida entre sus progenitores.
Las pesquisas permitieron saber que se había visto esporádicamente a una mujer con un niño sin escolarizar por la localidad de Vega de Pas, si bien se desconocía su paradero o lugar de alojamiento. Por ello se comenzó su búsqueda, que llevó a los agentes a la zona de La Costera, donde no fueron hallados.
Posteriormente, en el lugar conocido como el Estallo se localizó el vehículo de la mujer, pero sin rastro de ella ni de su hijo. Tomando como referencia el lugar donde se encontró el coche continuaron realizándose batidas, hasta que en el paraje de Bustapellón, una zona de media montaña, aislada y a la que solo se podía llegar a pie a través del campo, se encontró una cabaña con signos que indicaban la presencia de alguna persona, localizando en la misma a la mujer y su hijo.
