viernes. 26.04.2024

Cantabria y La Rioja son las comunidades autónomas donde más ha crecido la temporalidad en el último año, según el último observatorio laboral de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que analiza los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre.

En el caso de Cantabria, la tasa de temporalidad pasó del 19,55% en el primer trimestre de 2016, una de las más bajas de España, al 24,58% registrado en los primeros tres meses de este año, cinco puntos más.

A nivel nacional, el Observatorio constata que la temporalidad en el empleo ha aumentado ligeramente en el último año, aunque con notables diferencias regionales.

Así, comunidades como Andalucía, Murcia y Canarias muestran tasas de temporalidad superiores al 30% que, lejos de disminuir, siguen aumentando. Asimismo, en otras comunidades como el País Vasco y Navarra han experimentado el efecto contrario y han rebajado su tasa.

En Cantabria, el paro de larga duración afecta al 52,73% de desempleados, casi igual que hace un año (52,81%)

Por otra parte, el informe de Fedea aprecia tasas de desempleo más favorables que hace un año en prácticamente todas las comunidades, salvo en Extremadura.

Concretamente, en el caso de Cantabria, la tasa de paro se ha reducido del 18,90% del primer trimestre de 2016 al 14,07%.

En cuanto al paro juvenil, la tasa, a nivel nacional, se ha reducido casi cinco puntos en el último año, destacando el fuerte retroceso experimentado en Asturias, que ha recortado casi 21 puntos su tasa de paro juvenil, desde el 52 por ciento al 31 por ciento.

Sin embargo, en Cantabria, esta tasa se ha incrementado siete puntos, al pasar del 29,16% al 36,13%.

Por otra parte, la edad media de los desempleados en España está aumentando por la incidencia de los mayores de 45 años, que ya representan 37 de cada 100 parados, según advierte Fedea.

Una parte importante de este grupo de desempleados presenta además bajos niveles de educación, una alta duración en el desempleo y falta de competencias digitales, lo que provoca que su nivel de empleabilidad sea menor en comparación con el de otras franjas de edad y que su presencia relativa en el desempleo esté en ascenso.

Según Fedea, no todas las comunidades autónomas se enfrentan a la misma problemática, pues en Navarra, por ejemplo, sólo el 30% de los desempleados supera los 45 años, frente Castilla y León, donde la presencia de parados en esta franja de edad es la más alta, con un 42%.

El observatorio laboral de Fedea destaca, además, que el paro de larga duración se ha reducido dos puntos en el último año, hasta afectar actualmente al 58% de los desempleados.

En Cantabria, el paro de larga duración afecta al 52,73% de desempleados, casi igual que hace un año (52,81%).

De este modo, los parados de corta duración están teniendo una incidencia mayor, lo que, según la Fundación, es una "buena noticia" dado que su empleabilidad es "muchísimo mayor" que la de los desempleados de larga duración.

Fedea observa "descensos sensibles" del desempleo de larga duración en Castilla y León, Aragón, Cataluña, Murcia, Baleares, Canarias y, especialmente Navarra, donde el paro de larga duración se ha reducido desde el 68,3% al 47,5% en el último año.

Por el contrario, Extremadura y País Vasco presentan "aumentos significativos" del paro de larga duración, de seis y dos puntos, respectivamente, hasta tasas del 61% y del 65%.

Sector servicios

En su informe, Fedea analiza la composición del empleo por sectores desde el inicio de la crisis. Mientras que la construcción se ha desplomado y ha arrastrado consigo a la industria, el sector servicios ha ganado peso en la ocupación: 76 de cada 100 ocupados trabaja ya en este sector, frente a la proporción de 66 a 100 que se registraba antes de la crisis.

Eso sí, Fedea señala que en comparación con el año pasado se ha producido una leve recuperación del empleo en la construcción y en la industria. Aunque el primero no recuperará posiblemente niveles de empleo precrisis, la industria aún necesita un aumento de dos puntos para alcanzar la incidencia relativa que tenía antes de la recesión.

La temporalidad se dispara en Cantabria