A medida que ha ido pasando el tiempo, el efecto de la contaminación acústica en la sociedad cada vez se ha vuelto más acusado, al igual que también está siendo más negativo para el medio ambiente en general. Hay que decir que la preocupación por este tema es relativamente nueva, sabiendo que los eventos musicales, tales como los conciertos o los festivales, son cada vez más populares.
Lo cierto es que ahora parece que todo el mundo está acostumbrado a que haya bullicio, sobre todo en las grandes urbes, y se cree que esto es lo normal y que el ruido es bastante soportable. No obstante, la exposición prolongada a los altos sonidos se convierte en contaminación acústica que, a la larga, puede traer serios problemas para la salud.
¿EN QUÉ CONSISTE LA CONTAMINACIÓN ACÚSTICA?
Según se indica desde la Organización Mundial de la Salud, también conocida por sus siglas OMS, la contaminación acústica se define como la situación en la que, dentro de un entorno, ambiente o contexto, existe una gran presencia de vibraciones o ruido que pueden producir efectos negativos en la salud de las personas, al igual que dañar de manera notable el medio ambiente, y por tanto, ser perjudicial para la conservación de la naturaleza en general.
En este sentido, hay que decir que los organismos establecen que todo sonido que supere los 65 decibelios en horas diurnas, y los 55 durante la noche, es considerado como ruido.
Asimismo, tal y como explica la OMS, en la mayoría de ocasiones en las que se llevan a cabo conciertos, festivales o espectáculos musicales recreativos, habitualmente, esto supera los 70 decibelios durante todo el día, por lo que se estaría ante una situación de contaminación acústica.
¿CÓMO AFECTA A LA SALUD DE LAS PERSONAS?
Tomando como base uno de los últimos informes elaborados por la Agencia Europea de Medio Ambiente, AEMA, tan solo en Europa, una de cada cinco personas se expone de manera diaria a ruidos estridentes que son perjudiciales para la salud.
Esta exposición constante puede provocar molestias en las personas, al igual que hacer que padezcan afecciones como el trastorno del sueño. En los casos más graves, la contaminación acústica puede afectar al sistema cardiovascular y al metabolismo en general, por lo que se evidencia que los problemas auditivos no son los únicos que se desarrollan ante este problema.
TAMBIÉN AFECTA A LA BIODIVERSIDAD
Al igual que ocurre con las personas, la contaminación acústica también afecta de manera negativa a la biodiversidad, sabiendo que en los peores casos, puede llegar incluso a alterar el equilibrio de los diversos ecosistemas que existen, especialmente los silvestres.
No hay que olvidar que los animales eligen su hábitat teniendo en cuenta diferentes factores, siendo uno de ellos, el ruido. En este sentido, si alguna especie no tolera bien el ruido, no puede adaptarse bien a una zona concreta, lo que se traduce en que los animales deban ir a otros entornos más tranquilos y, por tanto, se modifique por completo el ecosistema que, hasta ese momento, estaba establecido en dicha zona.
Para entenderlo mejor, en el caso de que, por ejemplo, una especie depredadora se marche de un lugar a otro, puede hacer que en esa zona las presas de estas especies se reproduzcan, pudiendo alterar notablemente la flora y la vegetación. Todo es una cadena que, en caso de romperse un eslabón, las consecuencias pueden ser muy graves.
Por supuesto, el ruido afecta también a los ecosistemas marinos, sin ir más lejos, el sonido que emiten las naves o los barcos son perjudiciales para ciertas especies, sobre todo, para los delfines, las ballenas y las orcas. Hay que decir que estas especies en concreto, necesitan la emisión de ondas para poder alimentarse y reproducirse y, con las altas frecuencias de las embarcaciones, la comunicación entre estos animales se ve perjudicada. Algo parecido ocurre en las ciudades con los pájaros, sabiendo que el ruido en los núcleos urbanos puede llegar a ser muy fuerte.
