domingo. 19.05.2024

Hay formas de envejecer. Ninguna agradable, se lo aseguro a ustedes. Lo ideal sería que nos mantuviéramos estables de mente y cuerpo el tiempo que nos tocara vivir hasta la muerte. No es así. El cuerpo decae sin remedio, o con remedios paliativos que conforman los cuidados y las buenas costumbres. Pero decae.

Con la mente ocurre lo mismo. Efecto de la oxidación neuronal, con la edad nos volvemos más estáticas, más lentas en percepciones. Necesitamos más tiempo para metabolizar los cambios y admitir las nuevas formas sociales, filosóficas y vitales. Como ocurre con el cuerpo, si mantenemos actividad, si caminamos bien despiertas intentando no quedarnos fuera de los movimientos que se producen, si hacemos ejercicio diario de reciclaje mental, podemos envejecer con cierta dignidad.

Y luego están los que van perdiendo filtros conforme el calendario avanza. No es que con la edad se hayan vuelto reaccionarios, no, es que siempre lo fueron, pero sabían disimularlo muy bien. O que eran mala gente, que de jóvenes tenían fuerza y gana para revestirse de bonitas sonrisas, camisas de cuadros, chaquetas de pana, incluso alguna pasmina palestina o puros enviados por el amigo Fidel. El de Cuba…el socialdemócrata cubano que no hacía elecciones, pero premiaba a sus amigos con ron cubano y puros de altura.

Fueron siempre reaccionarios y no nos dimos cuenta porque sabían disimular. Con la edad, calculan que ya no tienen nada que perder ni ganar y se destapan. Pasan de admirar a Mahler o cuidar bonsáis, a participar en tertulias de Far West en Onda Cero, 13 TV y similar, compartiendo diatribas con los que antes tuvieron enfrente. De broma. Los tenían enfrente de broma, porque su barricada siempre fue la misma: el dulce y goloso lugar donde se reparten premios y cargos bien retribuidos.

Y ahí tenemos a la vieja guardia ¿socialista? repartiendo mandobles a diestra…y a siniestra, sobre todo a siniestra.  O solamente porque ya se cuidan muy mucho de tocar pelo a la derecha patria que es donde está el poder y el dinero.

Para empezar ¿tienen derecho a manifestar sus reticencias y negatividad? Por supuesto, solo faltaría. Y nosotras a responder y sacar conclusiones. Aunque, pensamos,  sería más elegante mantenerse en un discreto segundo plano o por simple lealtad a lo que se fue su territorio aunque ya no lo sea.

Es respetable cambiar de opinión, de ideología, de partido, de lo que sea, a condición de ser claros. Usted fue socialista de juventud cuando no tenía donde caerse muerto y cuando pasa el tiempo y su cuenta de corriente, propiedades y cargos, han subido cual espuma de gel barato y cambia usted las percepciones ideológicas. Perfecto. Pero dígalo. Y si le gusta militar, cambie de partido. No pretenda usted que su partido, donde hay una historia, unas siglas, una cantidad ingente de mártires victimizados por los que usted ahora defiende, sea el que cambie. Al son de su orquesta. Las suyas, queridos jarrones chinos.

Alfonso Guerra, Felipe González y ciertos barones que omito nombrar, se han rasgado la camisa por una medida que debe tomar el gobierno si quiere seguir gobernando. Porque Sánchez y el PSOE, que no Sumar (espero) si se abren a una amnistía para los procesados por los sucesos del Procés, es pura y llanamente utilidad política. Necesitan los puñeteros siete diputados de Junts y ceden a sus pretensiones. No es por convencimiento de que es y fue una barbaridad procesar a gente judicialmente cuando hacían política, por más que unas leyes injustas les avalaran. Todas sabemos que el “problema catalán” es de calado político y hunde sus raíces unos cuantos siglos atrás. A poco que revisemos la historia sabemos que la conciencia catalanista…y en menor medida, independentista, ha sido piedra en el zapato de la historia de España como país. No se quisieron hacer las cosas bien en su momento, yendo a un federalismo real, a un autogobierno válido y solidario y recogemos los (malos) frutos. Si a eso le añadimos que la derecha, irredenta hacia todo lo que suponga federación de pueblos, tiene como solución al problema candente del nacionalismo catalán, pisar y reprimir cualquier idea que difiera lo más mínimo de su concepto nacionalista y apócrifo de la nación española. Mezclamos el mix y tenemos el lio que se formó en octubre de 2017, incrementado por un monarca partidista y estúpido que tomó partido descaradamente por la reacción.

Socialistas oxidados
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