La Agrupación de Trabajadores Independientes (ATI) ha pedido al presidente regional, Miguel Ángel Revilla, que depure responsabilidades por la vacunación de la madre de la directora médica de Atención Primaria del Servicio Cántabro de Salud, que dimitió del cargo la semana pasada al conocerse este hecho. ATI también exige que "se deje de culpabilizar" por este asunto a los sanitarios, que están "exhaustos y ninguneados" por el consejero del ramo, Miguel Rodríguez, que a su juicio es "incapaz de resolver, dirigir y coordinar eficaz y responsablemente" el plan de vacunación.
En un comunicado, el sindicato lamenta que el consejero haya "señalado" a los trabajadores del Centro de Salud Nueva Montaña de Santander como autores de la polémica vacunación y le acusa de "poner a los pies de los caballos" a estos sanitarios con sus palabras. ATI asegura que no fue el centro quien administró la vacuna en cuesión, sino la directora médica quien, dentro de la campaña de inmunización dirigida a sus profesionales y del 061 -que comparten edificio-, usó su "poder" y "coló" a su madre, de 87 años, ordenando que le aplicaran una de las "dos" dosis que sobraron del 061.
"A ningún trabajador se le puede achacar culpa alguna", sentencia la agrupación, que rechaza la "tergiversación" que ha hecho el consejero y le exige disculpas públicas a los empleados del centro.
Finalmente, considera "inasumible" y "el colmo de los colmos" que mientras se use "un cierto tráfico de influencias para colar por la puerta de atrás a la madre de la directora médica", celadores del Hospital Valdecilla "en primera línea" y "con trato directo" con los pacientes estén sin vacunar y usuarios de residencias sin la segunda dosis.
