viernes. 26.04.2024

Una “especie de gripe que cae en picado”, un test PCR que confirma las sospechas, semanas de lucha en cuarentena, una prueba negativa y una historia pasada que contar: vencer a un virus que se ha llevado por delante ya a más de 42.000 personas en España. Así comienza la particular odisea para muchos de los afectados que, afortunadamente, pasan la enfermedad desde su casa, con sintomatología leve y sin grandes complicaciones. Conocen el inicio de su lucha frente al virus, sin embargo, cómo y cuándo termina es todavía una gran incógnita. Y es que, después de meses de su PCR negativa, anhelan que esta sea efectivamente una historia pasada que contar. La sombra de la COVID les acompaña desde entonces, se fue la infección pero quedaron sus consecuencias.

Cada mañana el cuerpo les recuerda que fue preso de la enfermedad durante días con resquicios de un virus que, en algunos casos, condiciona su vida diaria. Problemas en la piel, el ya conocido como síndrome de Fatiga Crónica, cansancio, dolor de articulaciones, cefalea, falta de concentración, alopecia, pérdida de voz momentánea, alteraciones de la función pulmonar e incluso efectos neurológicos y psicológicos, son algunas de las secuelas más comunes entre quienes superaron la enfermedad. Supervivientes que nunca pensaron que decirle un adiós definitivo a la COVID iba a ser tan complicado. “Ha sido duro, con mucha incertidumbre y muy largo”, relatan.

“Todos los días te encuentras igual. No te encuentras bien. No recuperas"

Mujer de 43 años, que lleva más de 185 días con síntomas persistentes de COVID-19 tras haber sido contagiada de la enfermedad en la primera ola de la pandemia. Este es el perfil más frecuente de los enfermos de COVID Persistente, según la encuesta realizada por 2.120 personas y lanzada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y los colectivos de afectados LONG COVID ACTS entre el 13 de julio y el 14 de octubre. Los estudios desprenden que la mayoría son mujeres de mediana edad, sin patologías previas y que no pasaron por el hospital. Es el caso de una paciente curada de COVID que, tras superar la enfermedad desde su casa, sufre sus efectos secundarios. La fatiga, la falta de concentración para cosas tan cotidianas como cocinar, el agotamiento a la hora de hacer los quehaceres diarios y dolor de cabeza, que la acompañan casi todos los días. “Todos los días te encuentras igual. No te encuentras bien. No recuperas. Hay muchos días que me tengo que tumbar en la cama, lo necesito”. Unas secuelas que unidas a la pérdida de cabello y dolor en piernas y brazos, ha experimentado también su familia -curados de la COVID-, y que comparten con muchos de quienes, como ellos, ya la han pasado.

En su caso, además, ha sufrido durante seis semanas erupciones cutáneas en la piel, otra secuela post COVID a la que los dermatólogos se han enfrentado, de la que empiezan a tomar muestras y estudios y que, según afirman, pueden aparecer también cuando eres positivo. “En mi caso, cuando me salen es como si fuera una quemadura pero con mucho picor posterior”, afirma.

Sin embargo, hay más, las consecuencias de la COVID no se quedan ahí. Nefrólogos alertan de la aparición de patologías renales en pacientes que han superado la enfermedad. En concreto, la presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), María Dolores del Pino, ya advirtió del fuerte impacto que la COVID está teniendo en los pacientes renales, además de que se han detectado casos de pacientes que no tenían ninguna enfermedad en el riñón, y que, tras padecer el virus, se han visto afectados por complicaciones o la aparición de patologías renales.

También el corazón puede sufrir el impacto del virus que ha contagiado ya a 1.556.730 de españoles, y que puede provocar insuficiencias cardiacas o arritmias. Por ello, el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) y el Hospital Virgen de la Victoria, a través del Área del Corazón, han iniciado un proyecto de investigación becado para conocer las alteraciones a nivel del corazón que pueden padecer pacientes afectados por la COVID, una vez superada la enfermedad. Y es que "parece que uno de los órganos diana de la enfermedad es el corazón y el sistema cardiovascular, por lo que es muy importante avanzar en el conocimiento de cuál es el impacto real en el paciente y de cómo podemos intervenir para beneficiarle", explica la especialista en Cardiología del Hospital Clínico Virgen de la Victoria y responsable principal de este estudio de Ibima, Isabel Molina Ramos. 

SANITARIOS CONTAGIADOS QUE ARRASTRAN SECUELAS SEIS MESES DESPUÉS

Si hay un sector profesional que lucha por dentro y por fuera contra este enemigo todavía desconocido es el sanitario. La COVID encontró en ellos el blanco perfecto, especialmente en la primera etapa de la pandemia, cuando se enfrentaron a él a cara descubierta ante la ausencia de material, recursos y medios. 19.324 profesionales sanitarios se han contagiado de coronavirus, según datos aportados por el departamento que dirige Salvador Illa, desde el pasado 11 de mayo y hasta el 29 de octubre. Muchos de ellos también sufren secuelas en un momento en el que su labor profesional es más importante que nunca. 

Los profesionales sanitarios expuestos al SARS-CoV-2 padecen más insomnio, ansiedad y depresión que la población en general

Un estudio sobre el impacto en la salud mental de los profesionales sanitarios expuestos al SARS-CoV-2 muestra que padecen más insomnio, ansiedad y depresión que la población en general, así como otros problemas de somatización y obsesiones y compulsiones. A este estrés y miedo propios de la lucha en primera línea de batalla se suman las secuelas anteriormente mencionadas de quienes se contagiaron principalmente en el ejercicio de su profesión durante la primera ola de la pandemia. Sanitarios cántabros afectados por la COVID relatan las consecuencias que les acompañan en su día a día. La fatiga, los problemas dermatológicos, cansancio, alopecia, cefalea e incluso una pérdida de olfato y/o gusto que todavía no han recuperado algunos de ellos. Se trata de personal sanitario sin patologías previas y de los cuales, parte de ellos aún tienen estos síntomas después de 6 meses o más de padecer la COVID. Por otra parte, hay un patrón que también se repite entre los pacientes que sí tenían patologías previas y superaron la COVID en primavera, y es que un gran número ingresan de nuevo ahora con neumonías, indican.

Unas secuelas que, como ellos mismos sostienen, no se sabe todavía sin son pasajeras o permanentes, pues el virus sigue siendo un gran desconocido un año después de que comenzara a acechar al mundo.
 

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