martes. 07.05.2024

Con el culo desnudo en la ventanilla

Lo dice una viceministra del Gobierno y punto redondo, lo evacúa como si hubiese estado con una lupa y un notario en todos y cada uno de los catres españoles.

La vida es demasiado corta para perder el tiempo esperando la estupidez diaria del Gobierno. Los gobiernos son estúpidos por naturaleza pero éste se lleva la palma. El problema es que tiene mucho dinero (curiosamente el de usted mismo que ahora lee esta columna) para hacer campañas, llamar a periodistas y organizar gilipolleces en aras de vestir la estupidez como si fuera de primera comunión. A partir de ahí todos, si se dejan, a comulgar con ruedas de molino.

Elevan una imbecilidad a categoría y ya tienen materia para escupir palabrería durante una semana

La estupidez sale muy cara a fin de cuentas. Da igual quién la diga, lo mismo da quién la espute, quién la vomite. Sale cara en todos los términos: consume horas de radio, papel de prensa, anuncios a toda página; irrumpirán detractores, opinadores, estómagos agradecidos, saltimbanquis especializados, abrazafarolas consumados en decir una cosa o la contraria, todo bien pagado por el peculio general. Elevan una imbecilidad a categoría y ya tienen materia para escupir palabrería durante una semana. Y así, las 52 del año mientras lo importante se pudre en el negro rincón del silencio.

Esta semana toca hablar de las relaciones sexuales con la regla, de la penetración en contraposición a la autoestimulación y del sexo a partir de los 60, 70 y 80. (¿Y por qué no a partir de los 120?). Lo dice una viceministra del Gobierno y punto redondo, lo evacúa como si hubiese estado con una lupa y un notario en todos y cada uno de los catres españoles mientras sus legítimos propietarios echaban un mal polvo; ahí está ella para enseñar qué, cuándo y con quién. Como estoy en alguno de esos grupos, y sé algo de aquellos tiempos en que la susodicha no había nacido, me permito decirle que no se acerque a mi bragueta con ninguna campaña; que en previsión, además de la cremallera, he puesto tres imperdibles y una fila prieta de corchetes, y que no se preocupe más de mi vida sexual: los que hicimos el amor en un Simca 1.000 follamos de maravilla con el culo desnudo en la ventanilla. También a los 60. Pim pam pum fuera.

Con el culo desnudo en la ventanilla
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