domingo. 28.04.2024

El clan del oscurantismo y de la torpeza

Una previa es que, con ese título y en tan poco espacio, mis posibles invectivas no van en relación a los miembros del clan en general, sino a la organización política y social del mismo. ¿Quién o quiénes lo controlan?, ¿de qué manera? Igual que nuestros ancestros, los monos. Unos tendrán sociedades más segmentarias y poco evolucionadas; otros, organizaciones más estatalizadas, cacicatos, pero curiosamente nunca serán lo que entendemos hoy por una sociedad clasista, siendo el caso de Polinesia, Asia y África.

En los clanes prehistóricos, sus miembros sabían lo que tenían que hacer, saber y decir para sobrevivir y tener un status en su caverna. Hoy, nosotros no sabemos qué hacer ni saber ni decir. Información no nos falta, pero estamos carentes de ella para procesar qué es lo esencial para sobrevivir dignamente. Poco sabemos de nuestros ancestros los Neandertales y los Cromañones, de sus vidas duras, totalmente de supervivencia.

En aquellos campamentos paleolíticos, con una antigüedad de 400.000 años, en donde los miembros de su sociedad reprobaban el asesinato del badulaque, aunque mandase más que nadie. No podemos crear nunca en nuestro magín a una autoridad con el atributo de calamidad en cuanto a ser el más presto en la busca, captura y muerte del mamut, quizás la acción más importante en el clan. Dependían sin condiciones de la caza para el frío invierno, para comer... Una imbecilidad de tal peso le hubiese acarreado su etiquetamiento como necio, 'el que no sabe', además de bajo nivel, condenable y ruin que resulta su nula correspondencia con el clan, con su sociedad. ¿Sería impensable después de tantos siglos?

Poco sabemos -nada-, referente por ejemplo a que en cuatro décadas (1918-1958) pasamos de la educación clasista que ve a los demás pertenecientes a una escala inferior, a la llamada Escuela Única, cuya virtud está dirigida para todos, para todos.

Al final, cuáles son los motivos que iluminaron la lucha, la construcción, los cimientos y la dignidad de esta Escuela, de esta Escuela Única. Precisamente, posterior a la Gran Guerra y a lo largo de 40 años, en Europa hubo un antes y un después, cuyo motivo principal fue la educación y la Escuela Única. Aquellos burgueses democráticos -los oficiales en la guerra- entendieron la unión, la reciedumbre, el altruismo y la solidaridad que contemplaron en los contendientes salidos del pueblo; en aquel concurso, partiendo del reconocimiento ilusionado, desearon reproducirlo para que fuese la escuela genuina el punto de donde renaciese la escuela.

Ejemplo de ello fue el precursor Charles Lambert (1883, Châtillon-en-Diois (Drôme ) - 1972, L'Église-Vieille ( Bocas del Ródano). En La enseñanza de mañana: La Escuela Única (1922), se pregunta acerca de lo que iba a ser una auténtica transformación educativa cuatro décadas más tarde:

¿En nombre de qué principio, a excepción del hecho vil y brutal de la fortuna, obligaríais a los niños a frecuentar escuelas rivales o a que se ignoren entre sí, mientras los padres han vivido codo con codo en las mismas trincheras, sufriendo y esperando juntos, y juntos también muriendo a veces por la misma patria?

La Escuela Única, sin embargo, trasciende el estereotipo del binomio divisorio escuela pública-escuela privada, sencillamente porque la ciudadanía tiene que fomentar y mantener en su interior y en su pensamiento esa idea clave  del significado de Escuela única, una educación y formación en equidad interclases y cualidad, bloqueando que el aprendizaje y la imaginación sean origen de beneficios que separen y definan unas clases de otras.  Esta escuela entiende que tiene que responsabilizarse una plaza escolar gratuita a cada alumno desde Maternal hasta los 18 o 16 años.

A eso debemos llegar, a la escuela activa, que se fundamenta en el sentido, valores y necesidades del alumno.

El significado de único de esta escuela atañe únicamente a la situación económico-social, pero no al ideario; no es exclusividad u homogeneidad teórica y no restringe ni limita la diversidad de ideas.

¿Cómo reaccionarían los miembros de un clan al ver que, por ejemplo, sus recursos para cazar, comer y vestir a los de su cueva estaban diezmados, siendo su chamán el único responsable de tan terrible situación? ¿Cuál sería la reacción de los comerciantes babilonios hace 39 siglos, si los prestamistas les hubiesen dejado de prestar ese servicio? Y lo mismo, con los trapezitas, los gestores de las operaciones parecidas a las de los bancos banqueros de la Grecia Antigua, porque ¿qué pensarían de lo que les esperaba, al ver que los banqueros seguían borboteando, y la economía en el Gobierno y en el Estado se inmovilizaba siempre más?

A eso debemos llegar, a la escuela activa, que se fundamenta en el sentido, valores y necesidades del alumno.

¿Y en qué podemos creer nosotros? No es pesimismo, pero es más adecuado, considerar una existencia y un mundo inhumanos, pobres y repulsivos. Es la crónica de la macabra representación legendaria del Minotauro, cargada de avidez e infamia, de inmolación y condena de aquellos dioses, de venganza y expiación, y de brazadas ingentes de amargura y dolor. También es imagen y símbolo de una manera excepcional de equilibrio entre lo político y lo económico, comprometiendo su deceso, su aniquilamiento por Teseo hacia el comienzo de un lugar y tiempo nuevos, como nos dice el economista griego-australiano Yanis Varoufakis.

Algo sí queda claro. Todo evoluciona porque un equilibrio cada vez en mayor medida en el mundo está comprometido en alto grado. Algo sí está claro. Las cosas evolucionan debido a que una proporción cada vez mayor de la humanidad se compromete en gran manera. Trajinan en sus grupos, en sus sociedades, en sus puestos de trabajo, o allí donde estén, asentando los principios de las revueltas populares, que van a desencadenar y a desatar transformaciones. Precisamente, de este modo es como se han ido siempre desarrollando las cosas en el movimiento de la historia.

El clan del oscurantismo y de la torpeza
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