sábado. 27.04.2024

Cómo deben resultar las materias de Lengua, siguiendo el conocimiento científico (I)

Las diferentes leyes educativas reforman, en menor o mayor medida, aquellos objetivos formulados en el aprendizaje de los distintos temas

En un documentado estudio publicado hace tres años, Silvia Gumiel Molina e Isabel Pérez-Jiménez, ambas profesoras titulares de Lengua española en la Universidad de Alcalá, cuestionan si nos paramos a pensar lo que necesita efectivamente aprender el alumnado, y la manera de aprenderlo, todo lo estructurado en los sentidos.

Qué se enseña y qué no se enseña, qué se debe enseñar según la ciencia, y la manera de llevarlo a cabo. Ellas, como lingüistas, han optado por la morfología. Dentro de la asignatura Lengua Castellana y Literatura, pero este seguimiento también puede ser extensivo a las demás doctrinas, como dice el título, con el deseado rigor en cuanto al conocimiento científico, para que las sucesivas generaciones tengan el máximo de los conocimientos y técnicas posibles.

LO QUE PRETENDEN LAS LEYES DE EDUCACIÓN

Las diferentes leyes educativas reforman, en menor o mayor medida, aquellos objetivos formulados en el aprendizaje de los distintos temas. La actual LOMLOE señala el objetivo de la competencia específica de la LCL: "El objetivo de esta competencia específica es sentar las bases para formar lectores competentes, autónomos y críticos de todo tipo de textos, capaces de evaluar". 

Objetivo asaz pretencioso, cuando aún subsisten técnicas de lectura cronométricas y analíticas limitadoras que hacen difícil el placer de la lectura. Pasa eso y pasa también que las materias se reproducen como una noria, sin multiplicar al menos la sencillez del proceso y del progreso en el aprendizaje.

Por ejemplo, si se cambia de curso han de cambiar las demostraciones y el pretexto: los trabajos y tareas deben ser distintos, fijando y disponiendo nuevos enganches conforme van sucediéndose los itinerarios. Finalmente, no puede haber desconexión entre las actividades planteadas y una mínima consideración acerca de las ideas y significados motivadores de lo que se está ejercitando y esculpiendo en la mente.

La Lengua Castellana y Literatura, sin rodeos, es la asignatura más fundamental de la Didáctica

La Lengua Castellana y Literatura, sin rodeos, es la asignatura más fundamental de la Didáctica, y por extensión de la educación de nuestros alumnos y alumnas. Aglutina el estudio del cosmos, como del mundo de los coleópteros en total conexión con la ciencia. Con las palabras más acordes, y su significado, se podrá aprender a entender las demás materias, incluida la propia lengua y literatura, aprender de ese esfuerzo. 

A veces, por débito profesional, se nos olvida con quiénes tratamos cada día en su formación y aprendizajes. Los niños sueñan. Así es su, al menos, concepción del mundo que les rodea. Hay veces que los sueños perecen con ellos, pero otras los hombres de ciencia los continúan en sus cabezas a través de las charlas de sus maestros y maestras y de los libros que leen. Al respecto, traigo aquí la experiencia que tuve con el bibliotecario de un colegio que iba anotando el número de libros leídos y comentados, sacados de la biblioteca cada fin de semana. Las diferencias en cuanto al número de libros leídos mensualmente, entre los niveles de 1º y de 6º, eran abismales. Quizás porque los pequeñuelos leían con avidez y con placer, con ensoñación y aprendizaje, y aquellos de 6º -que habían sido niños de 1º- leer ya les era cansino.

¿Por qué? Las profesoras del estudio, dicen que "el desolador panorama produce aburrimiento en los niños, que no entienden qué están estudiando ni para qué les sirven todas esas definiciones inconexas". Sin embargo, en todas las leyes educativas, al menos desde la LGE (1970), la asignatura LCL ha gozado siempre de mayor número de horas semanales que las demás. La misma diferencia interasignaturas que en el Bachillerato.

¿QUÉ DICE LA CIENCIA?

La ciencia no puede dejar de tener un sello asociativo, colaborativo. Lo mismo sucede en un centro escolar, en un colegio. Y debe suceder más veces. No se entiende que la posición estructural de las mesas no sean plausibles ni en la Universidad. Los alumnos están solos en la clase. Solo ven el cogote del que está delante. No pueden intercambiar y trabajar juntos. Son unitarios. En algunos casos se juntan solo binariamente muy de tarde en tarde, para alguna asamblea por ejemplo, y es cuando se reconocen en lo que es la institución escolar. Saben que no están solo. Lo del recreo es otro mundo que no viene ahora al caso.

Eso no es el mundo de la ciencia. Así no trabajan los científicos. Y es que, si lo pensamos, existen muchas similitudes entre los niños y los científicos en su forma de cómo los primeros deben trabajar e ilusionarse con cada hallazgo. Y acaso sin saberlo los primeros, es una relación en donde se pasa esa antorcha desde el maestro al estudiante, y viceversa ¡claro! Ha de ser una colectividad de ideas y propósitos. Y así ha sido siempre, desde antiguo. Y siguiendo a la forma de obrar de la ciencia, extendiéndose incluso hasta los luceros. Todo ello para seguir recordándolo siempre, si somos coherentes con la educación y práctica de los alumnos.      
 

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