El jardín o el patio de una casa cuentan con bonitos espacios amplios, con plantas, árboles, flores, césped y otros elementos naturales, pero también suelen incluir zonas para instalar muebles con el fin de compartir con amigos y familiares.
Si tenemos una piscina, escoger el tipo de suelo que rodeará el espacio también es una tarea que no se puede tomar a la ligera. Para garantizar un buen diseño y la máxima seguridad, la mejor opción son los suelos de exterior antideslizantes. Son muchas las ventajas adicionales que ofrece este tipo de instalación.
Al respecto, hay que hacer mención a la cantidad de accidentes domésticos que se registran a diario, que tienen que ver con caídas y deslizamientos por superficies que no son seguras, ya que los suelos no tienen las propiedades adecuadas.
SON SUELOS FUNCIONALES Y ÚTILES PARA INSTALAR EN CUALQUIER ESTANCIA
Colocar suelos antideslizantes en exteriores, más que una tendencia en diseño se ha convertido en una obligación que todos los propietarios de viviendas asumen con total responsabilidad, en especial cuando se vive con niños, ancianos o personas con movilidad reducida.
Por ejemplo, el suelo composite está compuesto por fibras de madera que son altamente resistentes a los agentes climáticos propios del exterior. Su limpieza y mantenimiento es mínimo, y sus características antideslizantes los posicionan como una de las mejores alternativas para instalar en jardines, porches, pasillos, patios y demás espacios externos de una vivienda.
Por otro lado, hay que señalar su variedad y versatilidad en cuanto a diseños, colores y formas, lo que permite que se pueda adaptar a todo estilo decorativo.
CARACTERÍSTICAS QUE NO CADUCAN
Por lo general, este tipo de suelos para exteriores conservan sus propiedades antideslizantes durante un amplio período de tiempo, así que se trata de una inversión que será recompensada de inmediato y aprovechada a largo plazo.
RESISTENCIA MÁXIMA
Gracias a sus componentes y forma de fabricación, se convierten en un tipo de superficie ideal para que este no sea vulnerable ante arañazos y golpes. La calidad en general de este tipo de suelos, bien sea que se trata de una tarima composite, de bambú, suelos de vinilo o tarimas sintéticas, es indiscutible.
MUY FÁCILES DE LIMPIAR Y BAJO MANTENIMIENTO
Las tarimas y suelos para exteriores no solo resisten estupendamente las variaciones del clima, sino que además, son muy fáciles de limpiar y mantener en buen estado. Solo bastará con fregar el suelo.
INSTALACIÓN SENCILLA
La instalación, así como su modo de limpieza y mantenimiento es muy simple, no requiere intervenciones demasiado invasivas. Solo será necesario cuidar la buena nivelación de la superficie donde se vaya a colocar.
ES UNA OPCIÓN ECOLÓGICA
Además de disfrutar de todas las prestaciones que un suelo de este tipo puede proporcionar, hay que destacar su carácter ecológico. Su modo de fabricación y los materiales con los que están fabricados estos suelos obedecen a exigentes criterios que priorizan la conservación medioambiental, revirtiendo todo lo posible cualquier impacto negativo que pueda crearse.
Por otro lado, se deben resaltar sus características antibacterianas. Gracias a la estructura de todos los componentes de este tipo de suelo, es sumamente resistente a los agentes externos, como insectos, bacterias y al moho. También es resistente a los rayos solares, lo que significa que no se decolora y mantiene su aspecto original por mucho tiempo.
BUEN AISLAMIENTO DE RUIDOS
Es importante tener en cuenta que este tipo de suelo ayuda a apaciguar la contaminación acústica. Una propiedad interesante de valorar, sobre todo cuando se tienen niños pequeños, a quienes les encanta jugar y llevar a cabo actividades a cualquier hora del día.
En resumen, se trata de una decisión inteligente, cómoda, segura y resistente desde todo punto de vista. Al verlos instalados se podrán disipar todo tipo de preocupaciones en relación con el aspecto y la configuración de las áreas externas de tu vivienda.
