domingo. 05.05.2024

“Esa niña cansada de oficinas” que dijo no ser “portada de revista”, que le gusta “jugar a un vamos a ser niños” y no olvida “bañarse en vaqueros” cuando viene a El Sardinero, ahora se ha liberado, ha decidido darle “cancha y gasolina” a la vida y vacila con “que le quiten lo bailado y lo soñado” porque eso significa que lo ha vivido. Ahora, desatada de las idas y venidas que da la vida, Sofia Ellar ha sacado su tercer disco autoeditado y autoproducido -tras ‘Seis peniques’ y ‘Nota en Do’- y que, como no podía ser de otra manera, lleva por título “Libre”. Esta artista hecha a sí misma nunca pierde el norte, su norte, Cantabria. A donde siempre regresa y cuya tierra le devuelve la visita en forma de inspiración. Aquí, en el Faro de Suances, Ellar ofrecerá su poesía hecha canción sobre el escenario el 16 de septiembre, pero antes estará firmando discos en El Corte Inglés de Santander el día 10.

-Estás inmersa en plena firma de discos de tu álbum “Libre”, con la que estarás en Santander este sábado día 10. Cuéntanos, ¿qué cosas han ocurrido detrás de las canciones que componen el álbum?

Han ocurrido muchas cosas. Por supuesto la pandemia, pero de esa ya no quiero hablar. Creo que todos hemos pasado por lo mismo y conocemos ese sentimiento de libertad compartida que ansiamos ahora mismo. Y luego, detrás también están tantas vueltas y curvas que da la vida constantemente y a mí me ha pillado en un momento de altos y bajos emocionales, me han pasado muchas cosas, y he podido contar una de mis etapas-viajes con vosotros en forma de canción. Tenía muchas ganas de sacar un disco porque cuenta la etapa, la fase, la vida de un artista y eso es bonito escucharlo. 

-Le has querido dar un formato más especial al disco, ¿has tratado de alguna manera de materializar un poco ese libro de vida que supone la música para ti?

Si, totalmente. Es más, este formato disco-libro es un concepto romántico necesario en unos tiempos del aquí y ahora y donde la velocidad a la que se consumen las canciones y se escuchan hace perder a veces todo ese romanticismo. Creo además que en la canción de cantautor es muy necesario ese romanticismo, que el oyente entienda qué está pasando en ese momento y que haga las canciones suyas. Esto es lo que me pasa a mí con mi gente. Ahora que estoy de gira de firma de discos escucho que empatizan con mis canciones y que parece que incluso haya podido escribir yo para ellos a medida. Esa conexión mola mucho y por eso he querido escribirlo en formato físico de un disco-libro y desordenarlo. Mucha gente se ha pensado que el orden de las canciones era un error y nada más lejos de la realidad, era una manera de despistar al oyente y hacerle pensar que cada uno es sí mismo y la historia que tiene detrás que contar, que yo la he sentido y como tal la he contado. Es un ejercicio bonito escucharla en ese orden y que luego cada uno tenga que hacer u ordenar esa historia a su manera. Todos sufrimos perdidas familiares, todos hemos sufrido en un momento de vulnerabilidad, nos hemos enamorado, hemos vuelto a confiar en nosotros mismos... 

-¿Cuánto de Cantabria hay en este disco? ¿Tiene algún guiño a ‘la tierruca’ como en anteriores temas como ‘Amor de Anticuario’ o ‘Bañarnos en Vaqueros’? 

Muchísimas de las canciones las he escrito allí. Siempre las empiezo en las cuatro paredes de mi habitación, en mi casa en soledad, a altas horas de la noche o en la hora del aperitivo que también me inspira mucho, pero luego a la hora de rematarle, de darle ese brochetazo y ese sentido y cordura a la canción siempre me tengo que subir al norte para poder terminar esas canciones, bien sea en la naturaleza, en esas playas tan bonitas o en esos espacios abiertos donde conecto con la naturaleza y donde respiro ese aire fresco. Esa es mi tierra y esa es Cantabria.

-¿Qué canciones tienen un mayor significado para ti?

‘Cancha y gasolina’ fue la canción de punto de inflexión que me llevó a abrir los ojos y ver que la vida me estaba dando una de las tantas vueltas de campana. A raíz de ahí pensé e hice esta historia pasando previamente por el ‘alter ego’ de Mademoiselle Madame, que fue un escudo o intento de revolución para que desde vuestras casas pensaseis qué era lo que le estaba pasando a Sofía. Eso venía de la mano de un mensaje: la importancia de la salud mental. Y Mademoiselle Madame tan solo estaba ejerciendo ese papel que nos puede pasar a todos en un momento de vulnerabilidad solo que ella acaba en la noche, con una pareja tóxica.... acaba en donde no tenemos que acabar ninguno. Ahí lo que quisimos dar voz es a la salud mental, a la terapia, a los psicólogos y dar así un paso previo a ese álbum que ya ha salido. Ese ‘alter ego’ acaba detenido por mí misma, encerrado entre rejas,  fue una manera de decirle que parase ya, que tenía que volver a ser ella, sacar sus canciones de siempre y volver más libre que nunca. Seguimos dándole vueltas a Mademoiselle Madame porque en cualquier momento puedo volver a aparecer.

-¿Mademoiselle Madame volverá a hacer de las suyas entonces?

Sí. Es más, ha sido precisamente en Cantabria donde le he dado 80.000 millones de vueltas y ya lo tengo. Así que aquí queda en primicia que Mademoiselle Madame va a volver.

-Has demostrado después de cinco años que se puede gestionar una carrera musical de manera independiente, ¿Cuál crees que ha sido la clave para llegar a este punto partiendo de un trabajo de final de grado y sin olvidar la esencia Ellar? 

Hay muchas piezas clave. Es como meter en una coctelera un montón de cosas y a veces te salen y otras no. En mi caso uno de los factores clave y del que estoy agradecidísima es el público, es una de las cosas por las que sigo planteando mi carrera de forma independiente. Quien manda, viene a las firmas de discos y conciertos sois vosotros, yo les llamo familia porque no me gusta la palabra fan. También es clave la cantidad de trabajo que hay tanto por mi parte como por parte del equipo. Dentro de esa coctelera, el dar con un equipo que sabe entenderte, que rema a favor de tus valores, de tus objetivos y que te representa es uno de los factores más importantes. Son muchísimos factores y tampoco quiero desacreditar el factor suerte porque estoy harta de ver a gente en la calle con un talento que alucino, que les ves y dices “pero cómo no puedes estar llenando estadios con todo lo que hay ahí dentro”.

-Estarás también de concierto el 16 de septiembre en el Faro de Suances. ¿Qué se van a encontrar aquellos que vayan a tu concierto?

Van a caminar de mi mano como siempre, van a encontrar a una Sofía en un ambiente súper relajado. Un concierto con una puesta de sol, en donde me puedo descalzar, donde podemos tocar arena, donde podemos estar en ese hábitat tan mío, tan natural, donde se escribieron las canciones, ahí se va a ver mucha verdad. Soy muy fan de la verdad y es por eso que funciona esta aventura musical. Es muy bonito porque este tipo de conciertos no los puedes llevar a cabo todos los días porque no hay tantos espacios tan maravillosos como el Faro de Suances y como tocar en casa, algo que también pone de los nervios y da mucho respeto. Vamos a ver un show muy divertido, eso de que los cantautores somos unos cortavenas hay que cambiarlo ya. Viene un disco muy fresquito, tenemos ganas de bailar, de estirar el verano. Ahora lo que nos queda y lo que nos apetece es vivir y tenemos que volver a sacar ese duende que tenemos dentro, esas ganas de vestirnos y poner las calles de colores, de bailar y festejar la vida porque empieza otra vez ahora.
 

“Para dar sentido y cordura a mis canciones y poder terminarlas me tengo que subir a...
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