viernes. 26.04.2024

Juan Andrés Perelló (Buñol, 1960) comparecía este miércoles en el Parlamento de Cantabria con motivo del proyecto de Ley de Memoria Histórica autonómica que se debate estos días en el Hemiciclo. El embajador de España en la UNESCO considera que la normativa cántabra es una buena ley y encaja perfectamente en el texto nacional, y no ve una oposición sólida al propio texto, sino más bien especulaciones sobre el futuro que nada tienen que ver con el contenido legal. Hablamos con él a la salida de su intervención en el propio Parlamento autonómico.

¿Cómo encaja la Ley de Memoria Histórica de Cantabria en la normativa nacional?

La Ley de Memoria Histórica de Cantabria es una buena ley y es necesaria, porque se para en las especificidades

La ley cántabra entronca perfectamente con el entramado de leyes autonómico que se ha ido derivando de la ley de 2007 que hizo el gobierno de Zapatero, y que ahora se está reformando en el Parlamento español porque hubo acontecimientos posteriores que hay que incorporarlos. Pero en general entronca con el espíritu de colaboración administrativa de la ley de 2007 y con el espíritu de adaptación a los Derechos Humanos que plantea la ley que se debate actualmente en el Parlamento Europeo. Más allá de valoraciones lingüísticas o de la redacción, es una buena ley y es necesaria, porque se para en las especificidades y eso es un acierto.

La pandemia ha paralizado prácticamente todo. ¿Ha afectado también a esta materia?

La pandemia ha sido un inconveniente en todo el mundo, pero no se puede tomar como un paréntesis. La que está cayendo no supone que tengamos que paralizar los Derechos Humanos en el mundo, bastante tenemos con las restricciones de libertades en todo el mundo porque hay que primar el derecho a la salud. Eso no significa que los parlamentos no legislen y que una materia como esta, que en su práctica totalidad entronca con el Derecho Humano Internacional, la paralicemos. No hay excepciones a los Derechos Humanos, y los parlamentos no cierran ni en guerra, tienen que seguir trabajando. La pandemia no debería afectar más allá de las incomodidades que supone la discusión.

Una discusión que ha dejado claro que hay muchos grupos políticos que se oponen a esta Ley.

Se está argumentando sobre la especulación porque no existe argumento sólido que pueda contraponerse al núcleo central de esta ley

No veo sentido a esta oposición, y de hecho no he escuchado una oposición nítida y argumentada al tronco de la ley. Se construye un discurso de especulaciones de futuro sobre una posible Comisión de la Verdad y la Honoridad, si habrá subvención para los memorialistas… Creo que se está argumentando sobre la especulación porque no existe argumento sólido que pueda contraponerse al núcleo central de esta ley, que son los Derechos Humanos y el reconocimiento a las víctimas de un régimen que fue calificado por la ONU como régimen criminal. Eso ya está resuelto en Italia, en Alemania, donde el gobierno todavía está pagando daños a los judíos, y en Portugal, las dictaduras más importantes de nuestro entorno. Se trata de dar satisfacción a gente que hace 80 años que merece enterrar a sus muertos.

¿Esta oposición puede ser una forma de desviar la atención de lo verdaderamente importante?

Eso habría que preguntárselo a cada uno. Pero lo que no veo es un sustrato y una base suficiente para oponer al argumento central, que es la máxima de la ONU que reclama justicia, verdad, reparación y garantía de no repetición. Luego si habrá Comisión de la Verdad y quién la formará es una discusión posterior. Debemos dar satisfacción a esa máxima que nos exige el Comité de Desapariciones Forzosas y el informe de Pablo de Greiff. Y en eso la ley estatal y la de Cantabria son perfectas. No veo oposición sólida, es más bien para contraponer a la sombra ideológica que planea sobre la ley porque los efectos son causados por un régimen que algunos defendieron. Hemos crecido todos y estamos en edad de reconocer que la Historia fue así.

Querer defender a los que ganaron la Guerra Civil es enfrentarse a las democracias que ganaron la Guerra Mundial

Algunos todavía lo siguen defendiendo.

Ese es un problema que tienen. España todavía no ha dicho si está con quien ganó la Segunda Guerra Mundial o con quien ganó la Guerra Civil, porque quien ganó aquí perdió contra las fuerzas demócratas. Querer defender a los que ganaron la Guerra Civil es enfrentarse a las democracias que ganaron la Guerra Mundial. Hubo republicanos españoles que estuvieron en la liberación de París y son homenajeados todos los años. Estaban con quien tenía la razón. Aquí por potencia militar se perdió la guerra, pero no por razones ideológicas.

Hace poco se celebraba el 40 aniversario del intento de golpe de Estado de Tejero. ¿Hemos avanzado algo o seguimos teniendo una deuda de lo heredado del Franquismo?

Es cierto que desde el intento de golpe de Estado del 81 España es otra, su ejército es otro, sus instituciones son otras y los españoles son otros, pero mientras quede un solo muerto en las cunetas estaremos en deuda con los que lucharon por la Democracia.

“España todavía no ha dicho si está con quien ganó la Segunda Guerra Mundial o con...
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