Son varias las comunidades que, por uno u otro motivo, están prohibiendo en mayor o menor medida el acceso al transporte público con patinetes eléctricos. En algunos casos por el riesgo que supone para el resto de viajeros una posible explosión de las baterías; en otros, por el espacio que ocupan, y que dificulta el acceso a personas en sillas de ruedas o a carritos de bebés. Madrid, Barcelona o Sevilla ya han tomado estas medidas, y ahora es Palma de Mallorca la que se suma a esta tendencia que Londres o París también han implantado.
En concreto, la EMT (Empresa Municipal de Transportes) de Palma de Mallorca ha prohibido desde este lunes el acceso de patinetes eléctricos y monociclos a todos los autobuses, tal y como recogen medios locales. El objetivo es garantizar la seguridad de pasajeros y trabajadores debido al peligro que representan por su gran volumen y al espacio que ocupan.
Desde el Ayuntamiento se ha asegurado que la medida obedece al “principio de seguridad preventiva” en lo que a protección se refiere, evitando así posibles daños a los pasajeros, sobre todo a los más vulnerables, ya sean personas mayores, con movilidad reducida o familias con cochecitos de bebés.
Cada vez parecen ser más ciudades las que se inclinan por estas restricciones, por lo que cabe preguntarse si, finalmente, llegará a localidades como Santander, una ciudad con importantes pendientes donde el uso de estos vehículos de movilidad personal es cada vez más frecuente.