lunes. 29.04.2024

Tras 'Horizonte feminista', llegó la segunda mesa de debate de la mañana, 'Que no jueguen contigo', la cual puso en el punto de mira la proliferación de las casas de apuestas y los problemas derivados de ellas, las cuales hacen mella especialmente en los más jóvenes, un colectivo vulnerable ante esta lacra de la sociedad. En esta mesa se sentaron a conversar el tres veces campeón de Europa de atletismo Roberto Sotomayor; la directora de Proyecto Hombre, Eloísa Velarde; y los miembros de Podemos Julio Medina y Mónica Rodero.

Julio Medina abrió la mesa para después dar paso a Mónica Rodero, quien ha subrayado que el juego “es un problema político generado en la pasada legislatura cuando se modificaron las leyes autonómicas. Los culpables tienen nombres y apellidos”. “Ahora mismo en Cantabria hay un 40% de los adolescentes menores de 18 que han jugado a pesar de que sea ilegal, lo que demuestra que el gobierno no hace nada por controlarlo”, apuntaba Rodero.

Por parte de Eloísa Vedarle, como directora de Proyecto Hombre ha remarcado que los casos de ludopatía y adictos al juego han aumentando con “cifras astronómicas desde hace 5 años”. “Ahora mismo uno de los principales prototipos de adictos es el joven varón adicto a las apuestas deportivas”, decía Velarde.

También ha subrayado las diferencias de género en las apuestas, donde “el perfil del hombre es muy joven y adicto a apostar en fútbol, baloncesto, etc. Mientras que la mujer es más proclive a otras apuestas como bingos o casinos online”.

Tras ella, Roberto Sotomayor ha puesto el acento en que “la adicción al juego es un problema que existe en toda España y que detrás de las casas de apuestas hay grandes fondos de inversión y entramados profesionales, algunos de los cuales tienen entre sus trabajadores a exministros del Partido Popular y que están dispuestos ha arruinar a una generación entera con tal de llenarse sus bolsillos”.

La mesa llegó al consenso de que el juego es algo que tiene consecuencias fatales tanto para quienes participan de él como para sus familias, por lo que es necesario sofocar este problema tan grave a pesar de los innumerables intereses que existen para que este lúgubre negocio siga en pie.

 

"Un 40% de los adolescentes menores de 18 años han jugado a pesar de que sea ilegal"
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