viernes. 26.04.2024

La llegada de la COVID-19 a España ha generado un cambio en los modelos de vida de la sociedad. Cuando el virus se expandió por el territorio nacional, el temor y la incertidumbre llegaron para establecerse en el panorama social.

Nueve meses después y con más de 48.000 fallecidos oficialmente por coronavirus, las medidas y las restricciones que se comenzaron a implantar en el mes de marzo continúan presentes, a excepción del confinamiento domiciliario. Así, el gel hidroalcohólico, el lavado de manos y la distancia de seguridad de dos metros son factores esenciales que distan mucho de aquellos que había en enero, cuando la palabra COVID-19 tan solo se relacionaba con China y no había ningún miedo de que llegase a España.

Desde ese inicio de año en el que nadie pudo prever lo que le avecinaba a este país en los próximos meses, los acontecimientos ocurridos han marcado un hito para la historia. La llegada de la pandemia de la COVID-19 es un antes y un después para la sociedad, sobre todo para aquellos que han visto perder las vidas de sus seres queridos, así como para aquellos que han luchado contra este nuevo virus.

Al principio se trataron de quince días de confinamiento domiciliario que, semana tras semana, comunicado tras comunicado, acabaron convirtiéndose en dos meses de encierro total. A esta primera etapa se la denominó, tras un verano lleno de turismo para muchas comunidades autónomas como Cantabria, la primera ola de la COVID-19. 

Después, acabado el verano y poco después del inicio del curso escolar en el mes de octubre, llegó la segunda ola que, tres meses después, está siendo mucho más dañina que la primera. Además, la crisis económica derivada de la crisis sanitaria de los primeros meses de 2020 ha ocasionado el cierre de muchos negocios, así como de locales de hostelería que se han visto obligados a cerrar sus puertas por los impedimentos que las diferentes autonomías les han interpuesto.

“Aparte de la vacuna de la COVID-19, ¿qué más medidas tenemos para luchar contra este virus?”

Ahora, nueve meses después de la llegada del primer infectado por COVID-19 al territorio nacional, España comenzará a administrar la vacuna desarrollada por BioNTech y Pfizer, una vez sea aprobada por la Comisión Europea y tras el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). 

En este contexto, han sido muchos los que han opinado sobre este método de inmunización contra el coronavirus.

“Aparte de la vacuna de la COVID-19, ¿qué más medidas tenemos para luchar contra este virus?”, se pregunta una enfermera cántabra. Así, afirma que estará “en la fila con el brazo destapado para no hacer perder el tiempo a nadie más”. Además, a ello añade que tiene “miedo a todo lo que esté relacionado con este virus, no por mí, si no por todos los de mi alrededor”.

Lo cierto es que desde la llegada de esta pandemia, la sociedad se ha visto sumida en un conteo constante de víctimas de coronavirus. De hecho, según los datos aportados por el Ministerio de Sanidad, ya son más de 48.000 las personas que han muerto por coronavirus.

“¿Cuánta confianza puede generar una vacuna que se ha hecho a todo correr y en apenas unos meses?”, se pregunta una mujer cántabra que es reticente a ponerse la vacuna a corto plazo. “Por lo general para dar con la vacuna efectiva son necesarios muchos años de pruebas e investigaciones, y debido a las prisas, algunas vacunas han quedado paralizadas por efectos secundarios adversos”, explica, haciendo especial hincapié en que “prácticamente se ha hecho en tiempo récord”.

“Si todos los países están trabajando en una vacuna para inmunizarnos contra el coronavirus, es coherente y lógico que se haya hecho a tiempo récord”

Sin embargo, a ella se contrapone una joven que asegura que “la vacuna es la única solución contra el coronavirus”, destacando además que no cree que se consiga “acabar con la pandemia con las restricciones que persisten habitualmente”. Así, incide en el hecho de que “si todos los países están trabajando en una vacuna para inmunizarnos contra el coronavirus, es coherente y lógico que se haya hecho a tiempo récord”. 

En este contexto, la cuarta ronda del 'Estudio Nacional de Seroprevalencia ENE-COVID', realizada entre el 16 y el 29 de noviembre, casi un 10% de la población, a nivel nacional, habría pasado el virus. Este dato supone que un total de 4,7 millones de personas, casi el doble que hasta julio, cuando se estimó que algo más de 2 millones de personas tenían anticuerpos IgG.

“Puede que no sea cien por cien segura y que tenga efectos secundarios, pero, ¿cuántas vacunas nos hemos puesto sin saber si iban a ser del todo efectivas?”. Esta pregunta se la realiza la joven riojana que se encuentra a favor de vacunarse contra la COVID-19 y, asegura, “no hay otra solución, y no tiene sentido negarse, es algo que hay que hacer por el bien común”.

En esta línea, los más reticentes también señalan que “como si de una competencia sin importancia se tratase, muchos países compiten por sacar antes la vacuna, sin ponerse a pensar en los riesgos, ya que solo tienen en mente los beneficios económicos”. Sin embargo, aquellos que se encuentran a favor de inmunizarse contra el coronavirus tan pronto como sea posible aseguran que, “al final, cada día estamos metiendo más cosas en nuestro cuerpo como ultraprocesados, y por eso también compiten económicamente. No sabemos lo que son, y tampoco nos preguntamos por ellos, simplemente los tomamos. Y lo mismo pasa con el sedentarismo, es malo para la salud y lo hacemos igual”.

“Nunca habíamos tenido un enemigo común, y ese es la COVID-19”

Así, además, explican que “igual cuesta más inmunizarnos contra este virus y nos tenemos que dar más dosis, pero al final es por el bien de todos”. Lo cierto es que en países como Estados Unidos o Reino Unido ya ha comenzado la vacunación, por lo que los efectos de las primeras vacunas podrán verse más pronto de lo que se esperaba.

“Nunca habíamos tenido un enemigo común, y ese es la COVID-19”, describe una mujer que se encuentra a favor de inmunizarse tan pronto como sea posible. “A aquellos que se niegan a ponerse la vacuna les diría que con el distanciamiento y la mascarilla no se va a conseguir parar este virus, que se ha muerto mucha gente, y que este es un asunto muy grave que no debe tomarse a la ligera”, explica.

En este sentido, el personal sanitario también se posiciona a favor de la vacuna de la COVID-19. “Que se haya hecho en tiempo récord demuestra que, cuando hay interés, todo se puede agilizar”, explica una sanitaria cántabra. Además, en este sentido, añade que “no dudo que los laboratorios farmacéuticos sean capaces en todos los casos de hacerlo rápido, pero quizá, en esta ocasión, la burocracia se haya dado cuenta de que la cosa urge y los tiempos hay que acortarlos”.

Actualmente España roza los dos millones de casos de coronavirus desde su llegada en el mes de marzo, según los datos oficiales aportados por el Ministerio de Sanidad. En este sentido, y ante la llegada de un nuevo año en el que muchos esperan “que el coronavirus se quede atrás, y que podamos volver a la normalidad”, la sociedad se encuentra dividida ante la llegada de la vacuna de la COVID-19. 

Todo el territorio nacional está afectado por casos de coronavirus y, por ende, el ansía por lograr una solución tan pronto como sea posible es el objetivo a corto plazo que tiene España. Además, y como se ha podido demostrar en la segunda ola de la COVID-19, que aún persiste, los casos continúan en aumento a pesar de las constantes restricciones interpuestas en las comunidades autónomas.

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