Nuestra memoria de los acontecimientos políticos es efímera. Pero creo que todos los que hemos vivido las dos últimas décadas y nos acordamos de un AVE que podía construirse desde Reinosa a Santander. Fue el señor Miguel Ángel Revilla, nuestro presidente, quien empezó a demandarlo con una supuesta convicción.
El presidente José Luis Rodríguez Zapatero prometió, junto a su ministro de Fomento José Blanco López, que en 2010 Cantabria tendría dos AVEs; el otro de Santander a Bilbao; era la época de las vacas gordas. La población, según la hemeroteca, estaba a favor en un noventa por ciento. El Colegio Oficial de Caminos, Canales y Puertos no se manifestaba.
Tal vez durante las vacas gordas, si Revilla hubiese exigido sólo el AVE de Santander a Bilbao hoy ya lo tendríamos. Ahora se agarra a él
Saben muy bien los ingenieros que los condicionantes orográficos llevan a cifras astronómicas, tanto que igual es más rentable poner un aerobús gratuito.
Esos condicionantes son la numerosa construcción de puentes y viaductos. A 300 Kilómetros por hora la pendiente máxima de la vía del 2,5 por ciento, el radio horizontal de curva mínimo es de 4.700 metros. El vertical 61.250 metros. Los túneles pueden tener problemas de ejecución que llevan a paralizarse: el subfluvial entre Santoña y Laredo lo está desde hace unos años y el coste del mantenimiento de la infraestructura lo sufragamos todos; ¿quién sino? El gran túnel de Pajares se paralizó hace nueve años.
Tal vez durante las vacas gordas, si Revilla hubiese exigido sólo el AVE de Santander a Bilbao hoy ya lo tendríamos. Ahora se agarra a él.
Con la anuencia del Colegio Oficial de Caminos, Canales y Puertos y el beneplácito de Zapatero, el señor Revilla nos ha estado mintiendo.