Negar la necesidad de las entidades financieras sería cerrar los ojos a una realidad, sin duda, quien tiene una empresa uno de sus objetivos principales, para su propia existencia, es obtener beneficios, lo que está claro es que no son una ONG.
Ahora bien, una cosa es tener beneficios y otra muy distinta obtenerlos con procedimientos muy discutibles, con intereses que rozan la usura, con hipotecas que te tienen cogido por…, con engaños en los productos que nos venden, con intervenciones en la vida social y política muy cuestionables.
La realidad es que abuelo y su familia han perdido buena parte de sus ahorros, la entidad bancaria le había asegurado que su dinero no tenía riesgo, sin embargo, ha sido un enorme engaño
Es fácil hacer demagogia yendo contra los bancos, su imagen, pese a tanto gasto en publicidad, no es la mejor y se deberían preguntar ¿por qué? Es verdad que la envidia es un deporte muy practicado, pero cuando se tiene la impresión que donde dejas tus ahorros alguien mete la mano en ellos, sin tu permiso, es normal que las sospechas y algo más aparezcan en un inmenso colectivo.
Recuerdo un viejo profesor que nos recomendaba que el dinero está mucho más seguro en cualquier sitio que no sea un banco, que te cobra hasta por pensar en ellos. Posiblemente, este tipo de afirmaciones generales pueden ser un exceso; pero, hay motivos para la preocupación por la actuación de las entidades financieras, que muchas veces dominan los grandes medios de opinión y dejan poco margen a la crítica por sus actuaciones.
Me comentaba un abuelo, que el director de una sucursal bancaria le había recomendado para sus ahorros, aquellos logrados en una larga vida laboral, un fondo conservador, esos que te dan poco, pero al menos sabes que el dinero está en lugar seguro.
Lo cierto es que su fondo conservador, durante el año pasado perdió cerca de un 10%, el susto fue inmenso cuando en diciembre pasó por la sucursal, no sabía qué hacer, no quería comentarlo en su casa. No dejaba de preguntar a su amigo, ¿cómo podía haber ocurrido algo así?
El director de la sucursal se ponía rojo, pero le explicaba las directrices que la entidad bancaria había enviado por circular a sus empleados, “transmitir calma y que esto es algo transitorio”.
El empleado de banca le comentaba, que nadie lo tenía previsto, que son coyunturas que ocurren pocas veces, una pandemia, una guerra, el susurro de hojas de los árboles con el viento de otoño… todo vale, cuando se trata de justificar lo que admite pocas razones.
Estas autoridades son las que cuando sube el Salario Mínimo ahí sí ven grandes problemas para el mercado laboral
Al abuelo no le convencía eso de que la recuperación está llegando, ya se la habían contado con las preferentes y se salvó por los pelos. Por mucho que insistiera su presunto amigo, él decidió poner a mejor recaudo lo que podía salvar, sabiendo que por el camino se han ido cayendo buena parte de sus ahorros.
El abuelo y muchos más se preguntan cuando a ellos les quitan el dinero en su banco, ¿quién se lo queda?, ¿cómo puede ser que desaparezca y se esfume sin más? Sin embargo a su nieto, no le paran de subir los intereses del préstamo.
La realidad es que abuelo y su familia han perdido buena parte de sus ahorros, la entidad bancaria le había asegurado que su dinero no tenía riesgo, sin embargo, ha sido un enorme engaño. Esto se parece demasiado a una estafa, donde ni la autoridad supervisora, el Banco de España han alzado su voz, ni han realizado apercibimiento alguno, ni han avisado al ahorrador.
Ahora bien, ese mismo Banco de España, estas autoridades son las que cuando sube el Salario Mínimo ahí sí ven grandes problemas para el mercado laboral. Son los que cuando se quiere dar más seguridad en el empleo o una mayor indemnización por la pérdida del mismo, también lanzan sus alarmas, problemas, problemas... Su solución mágica es la flexibilidad, como si los trabajadores fueran de goma. Uno se puede preguntar ¿qué intereses defienden estas autoridades?
Lo más sorprendente es que cuando sus clientes pierden cantidades muy importantes, los bancos hacen publicidad de unos resultados récords de beneficios, en algunos casos superan en más del 60% las del año anterior. Ya se sabe, “la banca siempre gana”. Hay actuaciones que pueden parecerse a un timo legal, que rozan la usura, que tienen cualidades de la estafa, mientras nuestras autoridades sufren de tortícolis crónica.