lunes. 29.04.2024

Liébana Siglo XXI

Íbamos a vivir mejor, pero la carretera, la traída de aguas, la sanidad y la maquinaria tardaron siglos en llegar. Más o menos como ahora

(“Vacíos de justicia sí que estamos los lebaniegos”. Es la conclusión precipitada, pero no tan lejana de la realidad, a la que llegan dos amigos que han vivido dentro y fuera de los míticos Picos plateados. Esta es su conversación).

- Tuvimos que salir del valle a buscar y buscarnos (buscar cosas, y también la cosa del dorado bienestar) y regresamos por temporadas para descansar, ahora en condiciones mucho más amables. Generaciones enteras desertaron de la guadaña, el tronzador y aquellos cuestos: coloño arriba, coloño abajo.

Docenas de ancianos van de urgencia todas las semanas a Sierrallana porque en Potes no hay aperos sanitarios para tratar dolencias de segundo orden

Aunque ciertamente lo hallado fuera de las montañas tampoco fue para tanto: largas jornadas en una fábrica; quemar los años de otra manera.

-Al final, es la farsa de la vida, también de la política. Íbamos a vivir mejor, pero la carretera, la traída de aguas, la sanidad y la maquinaria tardaron siglos en llegar. Más o menos como ahora: por el Desfiladero desfilan cuatro obreros cada seis kilómetros para reformar una carretera que tardará diez años como mínimo en estar acabada. Cuando descorchen el champán del último tramo, el primero estará ya viejo. Pero la deuda se la van a condonar -profilácticamente, supongo- a los que no saben dónde están Tollo o Colio. Ni les interesa un pimiento.

-Por no hablar de la sanidad en la comarca: docenas de ancianos van de urgencia todas las semanas a Sierrallana -muchos por sus propios medios- porque en Potes no hay aperos sanitarios para tratar dolencias de segundo orden.  Y así, ídem de lienzo en muchos más sectores –ganadería, lobo, por ejemplo- de los que, me consta, eres conocedor.

-Lejos, muy lejos de la política nacional, de Bruselas, de China o Washington; también de las filosofías periodísticas -la profesión hoy en día es peor que una zorrera- hay un mundo amplio del que nadie se ocupa. ¡Qué difícil es cargar el abono con corbata de seda o tacón de aguja! Hablando de agujas: Liébana necesita sangre fresca o seremos pasto de una oligarquía de burrócratas (no es una errata) que apostaron por salvarla para quedársela.

-Tú y yo no lo veremos, pero sucederá. Eso que nos ahorramos. Que tengas un buen día.

Liébana Siglo XXI
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