sábado. 04.05.2024

La Inteligencia artificial o elegir entre personas o robots

De la digitalización nos engatusan ahora con la Inteligencia Artificial. Parece que no tenemos problemas mayores que fabricar máquinas lo más parecidas a nosotros. Se las quiere dar incluso la capacidad de decidir, como hemos visto en tantas películas de ciencia ficción y final incierto. Aunque de lo decisivo no se habla. Y lo que realmente importa es el trabajo, la comida, la agricultura y ganadería y, por supuesto, recuperar la salud de un planeta enfermo por las agresiones constantes de quienes lo habitamos. No sabiendo de qué viviremos, llegan los robots que pensarán todo esto y más. El escenario que nos plantean no puede ser más friki.

Parece que no basta con ver como la digitalización ha acabado con las sucursales bancarias y sus empleados, y ahora nos quieren meter en una nueva encrucijada bautizada como inteligencia artificial (IA). Han soltado ya la presa y todos los medios de comunicación, muchos de ellos controlados por las grandes corporaciones, están machacando con el temita, para introducirlo cuanto antes en nuestras vidas.

Inteligencia artificial son dos palabras. Pero llevadas a una definición clarificadora es la habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear. A mi nadie me ha preguntado al respecto, pero utilizando fuentes de la Unión Europea, se dice que el 61% de los europeos estamos a favor de los robots, pero el 88% cree que necesitan un cuidado particular. Esto sí que es saber influir, dirigir y manipular, y lo demás son tonterías. Los más importantes foros políticos y económicos mundiales, y tras el Covid, están dando una vuelta completa a lo que venían siendo los patrones de nuestra existencia, basados principalmente en la educación, trabajo, vivienda, salud, cultura y ocio.

Que se está maniobrando en favor de la Inteligencia Artificial tiene hoy dos escenarios absolutamente contrapuestos. El primero es el que más interesa: que la gente no está enterada de nada, a pesar del propósito de sustituirnos cuanto antes por máquinas y robots. En qué vamos a trabajar y de qué vamos a vivir, de todo esto nada se habla. No hay ningún estudio al respecto, y eso que el segundo escenario es el de la legislación que ya se prepara en Europa. El Parlamento Europeo cuenta con un estudio de cómo funciona la IA, por qué importa y qué podemos hacer al respecto, y también con una resolución sobre una política industrial global europea en materia de inteligencia artificial y robótica. Vamos, que lo queramos o no, nos están ya señalizando el camino.

“Los más importantes foros políticos y económicos mundiales están dando una vuelta completa a los patrones de nuestra existencia”

Si algo me molesta desde la aparición de la pandemia de Covid aún no concluida, es la imposición porque sí. Hace años trataron en una reunión de convencerme de todas las bondades de la digitalización, hasta que tiempo después me percaté que suponía desatender y despreciar a los clientes (banca) y sustituir teléfonos por personas, para que nadie te atendiera cuando tienes que hacer una gestión frente a tu compañía de luz, telefónica, el ayuntamiento o la Administración que sea. Que lo hagas todo a través del móvil o de una web. Luego entras en Internet para solicitar una ayuda oficial como autónomo, y el sistema informático casi siempre está caído o tiene en ese momento tal número de peticiones similares, que el sistema se bloquea. ¿Quién te ayuda?, nadie.

Sobre la IE, leo un artículo en el que se dice que está metida en todo: casas, vehículos, seguridad, desinformación, salud, administraciones públicas, y comida y agricultura. Esto último es lo que llama poderosamente la atención, que estemos más interesados en fabricar robots superinteligentes, que en recuperar un planeta sostenible, con una mayor atención a las zonas rurales, que son las que más nos dan de comer, en vez de hacer lo de hoy, como es dejarlas cada vez más a su suerte (despoblamiento).

Por más que quieran convencernos (que no van a parar), los robots no nos darán de comer, ni mucho menos facilitar un trabajo a las personas de carne y hueso. Si todo esta automatizado, entonces no se nos necesita para casi nada.  Los gobiernos no lo reconocen, pero simplemente con la digitalización vamos cuesta abajo en materia de creación de empleos. El caso más sangrante es el de la banca. O dejar a pueblos enteros sin servicios esenciales, para venir a decirte que ahora se haga mediante el móvil. Tampoco se ha tenido en cuenta a la tercera edad a la hora de privarles de un plumazo de tareas que siempre han llevado a cabo de manera presencial, y así debiera de seguir siendo.

Simplemente con la digitalización, resulta increíble que hoy falten trabajadores especializados en puestos de trabajo que siempre estuvieron cubiertos. Si pensamos ya en trabajos artesanos, uno se lleva las manos a la cabeza. Estas ocupaciones son las que verdaderamente tendrían que protegerse, y pasar de una generación a otra. Seguro que un robot construye el solito un mueble, pero nunca será igual al de un carpintero con años de experiencia. Los adultos pueden estar más con este mensaje, ya que doy por hecho que las generaciones de Internet de las Cosas, el móvil que hace de todo, y las redes sociales, están a otras cuestiones y entran de lleno en cualquier reclamo que suponga innovación, nuevas tecnologías y robótica.

Cuando no se sacan conclusiones de lo que está suponiendo realmente la digitalización, nada podemos esperar de cara a esta Inteligencia Artificial en la que nos quieren meter a renglón seguido. Si un día me quisieron convencer de todo lo bueno que traería lo digital, pero fui capaz de darme cuenta de que mucho de lo que se relataba era falso, pues ahora sucede lo mismo con las máquinas y los robots absolutamente inteligentes, y al servicio de los seres humanos.

“Llama la atención que estemos interesados más en robots, que en recuperar un planeta, con atención a las zonas rurales que nos dan de comer”

Me sería muy fácil acudir a títulos de películas o directores de cine que han ahondado en el tema de los robots, y cómo terminaba de mal la cosa. Estamos en el inicio de cambios hacia un mundo diferente. Bienvenido sea todo aquello razonable que favorece a la humanidad, en especial lo que tenga que ver con la mejor educación, sanidad y cultura. Aunque no debemos olvidar los grandes problemas, y su solución, que tenemos hoy encima de la mesa, hacia los que no se observa la debida preocupación e inversión. Voy a recordar los principales: efectos del cambio climático, conflictos bélicos, carencia de asistencia médica adecuada o nuevas enfermedades y qué hacer si nos viene un nuevo Cóvid, aunque llamado de otra manera. Con todo esto y más, ¿nos ponemos a bailar con robots?

La Inteligencia artificial o elegir entre personas o robots
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