María Teresa Pérez, directora general del Instituto de la Juventud en el Gobierno de España, visita Santander dentro de la ruta ‘La Fuerza Que Transforma’, coincidiendo con el noveno aniversario del partido. Ante el avance de la ultraderecha, Pérez apuesta por continuar trabajando en políticas proactivas que garanticen más derechos a la sociedad.
Llega a Cantabria para abordar el papel de Podemos en el Gobierno. ¿En qué considera que se ha notado la huella de su partido en las políticas estatales?
Podemos ha demostrado que tiene una fuerza que transforma con mucha más ambición que cualquier otro partido y hemos hecho avances muy importantes a pesar de las resistencias que nos hemos ido encontrando, como la subida del salario mínimo, cuando nos decían que iba a hundir la economía e incluso se han mejorado las condiciones de trabajo gracias a la reforma laboral que ha fomentado la creación de contratos indefinidos. También hemos avanzado en derechos feministas y sociales con la Ley de Libertad Sexual, la del Aborto, la Eutanasia o la Ley Trans. Hemos demostrado a la ciudadanía que en los momentos más difíciles el Gobierno les protege frente a la crisis de una forma radicalmente diferente a como la derecha afrontó la crisis de 2008, lo hemos hecho protegiendo a las familias. Nos gustaría ir más lejos pero para eso tenemos que tener más fuerza y por eso afrontamos este ciclo electoral con muchas ganas, no solo de demostrar cambios normativos que hemos conseguido sino también con una batalla cultural para hacer ver que las políticas de izquierdas y de intervención en la economía, funcionan y la gente puede estar más tranquila con estas propuestas.
¿Cree que existe riesgo de que el partido minoritario, en este caso ustedes, pierdan fuerza ante el mayoritario a la hora de defender los logros del Gobierno?
A nosotros nos hubiese gustado tener más fuerza para poder llevar las transformaciones más lejos, y ese es nuestro objetivo en este ciclo electoral, pero aun teniendo la correlación de fuerzas actual, hemos conseguido grandes avances. La dinámica siempre es la misma, Podemos es un partido propositivo, una fuerza que propone multitud de medidas. Siempre nos dicen que no se pueden hacer, que no somos rigurosos, y después se demuestra que funcionan, que teníamos razón y todos quieren capitalizarlas. Lo que decimos es que entonces no debemos perder el tiempo necesario para ayudar a la gente, y aplicar propuestas transformadoras lo antes posible.
Hay un repunte de violencia y que hay muchos chicos jóvenes que creen que la violencia machista es un invento ideológico
Los datos apuntan que cada vez más jóvenes niegan actitudes machistas. Como directora general del INJUVE, y como mujer, ¿a qué se puede deber esta tendencia?
Es cierto que hay un repunte de violencia y que hay muchos chicos jóvenes que creen que la violencia machista es un invento ideológico, debido casi exclusivamente a un discurso de odio que lanza la extrema derecha y que encuentra altavoz en muchos medios de comunicación que son afines a ese relato antifeminista. Es algo muy peligroso y preocupante y creo que el movimiento feminista en España ha conseguido grandes avances, ha demostrado ser el movimiento con más capacidad de transformación. Y tiene muchos apoyos, pero necesitamos también que se consolide un relato democrático feminista para poder avanzar en igualdad, porque los datos nos demuestran que es muy necesario. El problema estructural de la violencia machista es preocupante para todas y todos. Las instituciones deben responsabilizarse, y también deben hacerlo los medios de comunicación y la sociedad, sin fomentar discursos de odio y misóginos.
¿Qué papel juegan las redes sociales? ¿Ayudan o dificultan la igualdad entre los jóvenes?
No hay que criminalizar las redes sociales, pero es cierto que hay que vigilar la difusión de bulos, fake news y desinformación que contribuyen a ese relato negacionista de la ultraderecha que pone en riesgo los derechos de las mujeres. Hace falta un cambio social y cultural profundo, que también va a llegará través de las redes sociales y de los medios de comunicación tradicionales si todos nos unimos a la hora de poner coto a esos discursos.
Desgraciadamente las mujeres que estamos al frente en política sufrimos violencia política y machista muy grave
Escribió una tribuna con un título cuanto menos llamativo. ¿Sigue enfrentándose a comentarios como que ‘las rubias son retrasadas’?
Desgraciadamente las mujeres que estamos al frente en política sufrimos violencia política y machista muy grave y creo que había que hablar de esto y poner sobre la mesa que la violencia política no ayuda en nada a que podamos seguir trabajando por afianzar derechos para las mujeres si nosotras mismas sufrimos esta situación. En cualquier caso, todas las mujeres, estemos en la posición que estemos, sufrimos una situación de discriminación, desigualdad salarial y violencia verbal, física y psicológica. Por eso, nuestra responsabilidad es esforzarnos para avanzar hacia una sociedad más igualitaria.
¿Es la política un reflejo de nuestra sociedad? Se lo pregunto porque las situaciones a las que se ha enfrentado se han producido en los dos ámbitos.
La situación de violencia política que sufrimos las mujeres es un reflejo de la normalización de los discursos de odio de la ultraderecha y no deberíamos normalizar y blanquear esas actitudes tan perjudiciales. Que exista igualdad es bueno para mujeres y hombres y va a beneficiarnos a todos y todas. Por tanto, para conseguir ese avance necesitamos también la implicación de los hombres y de quienes tienen influencia sobre la opinión pública, los medios de comunicación y el resto de canales de los que hablábamos antes.
Tras leer lo que vivió, me asalta una duda. ¿Una mujer joven lo tiene más difícil en nuestra sociedad, incluso, que una mujer experimentada?
La edad siempre ha sido un factor de discriminación social. Los jóvenes nos enfrentamos a actitudes paternalistas y condescendientes que nos colocan en una situación relegada cuando no debería ser así. La juventud es el motor de transformación, históricamente las generaciones más jóvenes han traído avance y progreso democrático. Nuestra sociedad debería cambiar esa mirada adultocéntrica ya que el eje del conflicto no es generacional sino social. Cuando se sitúa ese eje en una pelea entre jóvenes y mayores es algo intencionado y es una herramienta del poder para criminalizar a los jóvenes y utilizarlos como chivo expiatorio de todos los males. Eso no nos hace ningún bien y la sociedad tiene que tratar a la juventud con más empatía ya que es el grupo social más perjudicado por la crisis. Todo nos irá mejor se nos unimos para señalar los problemas sociales que sufrimos todos.
Terminamos 2022 con un repunte de feminicidios por violencia de género y hemos empezado 2023 con una oleada de crímenes dramática. ¿Cómo se frena esto? ¿Cómo se conciencia a los jóvenes en la igualdad?
La violencia machista es un problema estructural gravísimo y para acabar con ella hace falta que se produzca un cambio social y cultural profundo. Podemos hacer avances normativos, como hace el Ministerio de Igualdad, ofreciendo recursos de atención fundamentales, pero en último término nos necesitamos concienciados y para eso hay que fomentar la educación en igualdad en todos los ámbitos, no solo con los jóvenes, sino también ofreciendo una educación con perspectiva de género en la formación de los profesionales que se relacionan con las mujeres víctimas de esta situación, formando a la judicatura, a los cuerpos de seguridad del Estado, a todos los profesionales que puedan hablar con una mujeres que se encuentra ante esta situación de violencia. Desde el Ministerio de Igualdad hemos convocado por primera vez el comité de crisis y hemos desplegado una serie de recursos, como el centro de crisis, la atención 24 horas y la mejora del 016. A raíz de la Ley de Libertad Sexual desde el Estado se ofrece toda la atención necesaria para protegerlas sin necesidad de denunciar, pero todo esto no va a ser suficiente sin un cambio cultural y social respecto a este problema.
Nuestro objetivo, también en Castilla y León, es que cualquier mujer que quiera hacerlo pueda abortar de manera libre, segura y gratuita en el sistema público
¿Qué opinión le merece lo ocurrido en Castilla y León sobre la intención de Vox de obligar a los médicos a hacer que las mujeres que quieran abortar escuchen el latido de su bebé?
Lamentablemente Castilla y León está siendo el escenario de ataques sistemáticos con el Partido Popular tendido a la ultraderecha, probando que no es un partido nada moderado y perpetrando ataques contra los derechos de las mujeres y de los trabajadores, con políticas regresivas y reaccionarias y hay que recordar que Feijóo es pionero en amparar por ley tesis antiabortistas en Galicia. Nuestra idea no es mantener lo que hay, parece que hoy están diciendo que esta propuesta se ha paralizado, si no ampliar derechos. Nuestro objetivo, también en Castilla y León, es que cualquier mujer que quiera hacerlo pueda abortar de manera libre, segura y gratuita en el sistema público, por eso nuestra ley estatal del aborto plantea eliminar los 3 días de reflexión de garantizando el derecho al aborto también a la edad de 16 y 17 años. Es una demanda del movimiento feminista, que ya frenó los ataques que quiso hacer Gallardón y que se están haciendo de nuevo. El movimiento feminista tiene al Ministerio de Igualdad de su lado.
¿Es un aviso a navegantes de lo que puede ocurrir si PP y Vox gobiernan en España?
Creo que lo que consigue VOX y la ultraderecha entrando en los gobiernos y pactando con el PP es marcarle la agenda y arrastrar a posiciones antidemocráticas al principal partido de la oposición, que se está dejando llevar y demostrando que no es nada moderado. Creo que así el PP solo conseguirá quedarse en la oposición. A los fascistas se les para con derechos. No solo hay que frenarles, hay que avanzar con firmeza y determinación en la ampliación de derechos, sin miedo a polarizar, la reacción machista, racista y homófoba responde al avance imparable del feminismo y a las conquistas democráticas logradas. Siempre habrá quien quiera frenar el progreso pero debemos aprovechar la fuerza transformadora que tenemos en estos momentos para construir un país mejor.
