lunes. 29.04.2024

Santoñeses nacía en 2015 como una agrupación de electores. Emanaba de los propios vecinos, cuyo objetivo era hacer política de otra forma y trabajar para cambiar aquello que no les gustaba en la gestión de Santoña. Ahora, tres legislaturas después, son el partido más votado, y su presidente, Jesús Gullart, es el nuevo alcalde del municipio. Hablamos con él en su despacho sobre los proyectos para esta legislatura, la evolución que ha tenido su formación en estos años y los aspectos que diferencian a un partido municipal de aquellos con implantación nacional, además de analizar la situación política actual.

A la tercera va la vencida y se ha convertido en el partido más votado. ¿Qué cree que ha llevado a los ciudadanos a depositar su confianza en su formación?

Como comenta, eran los terceros comicios. En 2015 conseguimos la confianza de 440 santoñeses, en 2019 subimos a 1.087 y ahora nuestras expectativas se desbordaron con casi 2.000 votos. Aquí no hay ningún secreto, solo un trabajo constante de ocho años, un premio que ha llegado tras este tiempo. La gente ha valorado y ha visto lo que hemos hecho, en la primera legislatura con un concejal y en la segunda con tres. Un trabajo a pie de calle, basado en intentar evitar las ideologías, basando la política en ideas y en personas, que la mayor herramienta de gobierno y gestión de Santoña sean los propios vecinos.

"Lo que veo es que las delegaciones locales son sucursales de los grandes partidos y está todo muy jerarquizado"

Ahora que menciona las ideologías, ¿qué libertad ofrece un partido municipal frente a otros como PSOE o PP, con estructura nacional?

Habitualmente los partidos de ámbito municipal o local están formados por gente que ha tenido experiencia política en un partido grande y ha salido mal, montando su propio partido para transmitir sus ideas. Tenemos mil ejemplos. Santoñeses no, hasta en eso rompe moldes. Se formó en 2015 con gente sin experiencia política ni mochila, no veníamos rebotados de ningún PSOE, ningún PP ni ningún PRC. Tenemos un funcionamiento transversal, con unos estatutos, una asamblea y un Comité Ejecutivo, pero damos muchísima voz a nuestra militancia. Solemos hacer un Congreso cada tres años, donde elegimos los cargos; tenemos un Comité Ejecutivo que ahora mismo está formado por casi 12 miembros; nuestra Asamblea Consultiva también son unas 14 personas. Y dentro de esa forma de trabajar, es mejor tener varias opiniones, y a lo largo de los años eso nos ha hecho crecer y nos enriquece.

Sobre los partidos grandes, lo que veo es que las delegaciones locales son sucursales de los grandes partidos. Están supeditados a las órdenes de Santander o Madrid y está todo muy jerarquizado. Aunque el número siete tenga una buena idea, si el seis no quiere, no se lleva a cabo. Nosotros hemos eliminado esa jerarquía y nuestro funcionamiento es más transversal para que haya opiniones. A veces está el riesgo de que se diluya la solución con tantas opiniones, pero a nosotros no nos ha ido mal abriendo y debatiendo todos los temas a la militancia.

¿Y qué limitaciones? Entiendo que al no ser un partido grande hay cosas que no se pueden afrontar del mismo modo.

Un municipio no tiene capacidad de legislar leyes. Podemos preparar ordenanzas a nivel municipal, por lo que no nos afecta mucho la política nacional. Tal vez con alguna moción tipo que presentan los partidos políticos para que el resto se retrate, como las pensiones, el aborto o la Ley del ‘Solo sí es sí’. Pero en un municipio tenemos poco margen de maniobra, y lo único que podemos hacer es enfrentarnos y traer la crispación del Congreso con temas que no son de nuestra competencia. Y pueden enfrentar a los vecinos en lugar de arreglar los problemas del día a día.

¿Qué situación se ha encontrado al llegar al Ayuntamiento?

Formamos un equipo y estamos trabajando desde bien pronto en solucionar estos problemas

Siempre son malos los cambios políticos, y más en verano. Son muy complicados, independientemente de que el equipo saliente haya hecho las cosas bien, mal, mejor o peor. El ritmo político del verano tiene otra velocidad, es una vorágine diferente al invierno o la primavera. Hay servicios que solo se prestan en verano, y hay que tenerlos cubiertos o cerrados antes de la época estival. El primer día que he entrado en el Ayuntamiento ha sido el 19 de junio, y nos hemos encontrado con servicios que se tienen que prestar en verano sin que estén hechos. Tenemos que empezar a funcionar muy rápido.

El equipo de Gobierno saliente ha tenido una forma de trabajar durante ocho años que puede ser mejor o peor, pero nosotros entendemos que debe ser otra manera. A nivel de trabajadores del Ayuntamiento, nos debemos apoyar en ellos, son la clave del funcionamiento. Y desde la vorágine del verano, con servicios que solo se prestan en esta época, multitud de fiestas y de actos, requiere un plus. Y acabamos de entrar. Pero estoy muy satisfecho, puedo presumir que tengo un grandísimo equipo, tanto los seis de Santoñeses como los cuatro del PP. Formamos un equipo y estamos trabajando desde bien pronto en solucionar estos problemas o los que se derivan del propio verano.

El alcalde de Santoña, Jesús Gullart | Foto: edc

El Gobierno de Cantabria está formándose todavía, estamos a las puertas de unas elecciones generales. ¿Esta época de transición puede influir de algún modo en algún proyecto del municipio?

Estamos esperando a que se constituyan las consejerías de Cantabria porque tenemos temas que debemos tratar con los consejeros directamente. Todavía no tenemos un listado de obras y necesidades en las que vamos a requerir la colaboración del Gobierno regional. Lo que sí puedo comentar, porque ya nos hemos reunido con todos los centros educativos, son proyectos como la ampliación del Instituto Marismas o la remodelación del Colegio de Primaria Juan de la Cosa. Pero aparte de ese tema de Educación, tenemos que establecer un listado para que cuando vayamos a reunirnos con los consejeros podamos concretarles las obras pendientes de implicación regional o los proyectos que tenemos. Pero estamos trabajando en ello, la vorágine del día a día nos hace que ejerzamos poca política.

El primer proyecto en el que estamos trabajando es una de las promesas electorales, que es convertir el chalet de Albo en un Centro Integrado para Mayores

¿Cuáles son sus prioridades más inminentes para Santoña?

El primer proyecto en el que estamos trabajando es una de las promesas electorales, que es convertir el chalet de Albo en un Centro Integrado para Mayores, de forma que albergue todos los servicios para nuestros mayores, no solo en la parcela externa sino dentro del edificio. Es lo primero que estamos afrontando porque había una obra en marcha. Ha habido un parón de dos meses, y ahora estamos remodelando espacios y hablando con la empresa que lleva a cabo los trabajos para intentar adaptar nuestro proyecto a lo que había antes, que era un edificio multifunción.

¿Cómo surge la idea del proyecto Santoñeses?

Nace de un grupo de vecinos de mediana edad que, en cierto modo, vemos que no se está aprovechando el potencial que tiene Santoña. Hay ciertos aspectos que también nos dolían de nuestra villa. Creíamos que era el momento, por edad y por situación familiar y laboral, de dar ese paso. Lo que no queríamos era constituirnos como partido político, preferíamos abrirlo a la ciudadanía. Creamos una agrupación de electores, que es la otra forma en la que podíamos concurrir a esas elecciones de 2015. Pero la agrupación de electores tiene el problema de que la deben de avalar un determinado grupo de firmas para que se pueda presentar. En Santoña eran 500 firmas. Para nosotros fue un escaparate a la hora de presentar nuestro proyecto. Nos vino muy bien, conseguimos más de 600 firmas, nos presentamos y logramos ese concejal. Ese grupo de personas se ha ido renovando, ha ido creciendo y, sobre todo, se ha ido complementando. Dentro del grupo que formamos Santoñeses tenemos gente con diferentes sensibilidades e ideologías políticas, desde luego, pero en estos 8 años nunca hemos tenido una discusión ni un problema. La ideología nunca se ha impuesto por encima de Santoña. Con esta forma de trabajar y esta mentalidad hemos ido ampliando el grupo, sumando a toda la gente que estaba harta de los bloques, de los enfrentamientos entre azul y rojo. Muchas veces los pueblos no evolucionamos porque se impone la ideología a las personas. Nuestra idea no solo la ha ido captando la población, sino que nos ha permitido crecer como grupo y nos ha hecho muy fuertes. Todo lo tratamos siempre como grupo dejando a un lado nuestras ideologías. En el crecimiento de un pueblo, las ideologías restan. ¿Tienes que ser de izquierdas o derechas para arreglar una baldosa? Esa es la política y la forma de actuar que hemos llevado desde Santoñeses.

El alcalde de Santoña, Jesús Gullart  | Foto: edc

¿Por qué se da el paso de agrupación de electores a partido político?

Dentro del grupo que formamos Santoñeses tenemos gente con diferentes sensibilidades e ideologías políticas

Por comodidad. La infraestructura de preparar las firmas, pedirlas, presentarlas… lleva muchísimo trabajo. Y confeccionar un partido político es muy fácil: unos estatutos, notario, firmas y ya está. Presidente, los cargos y ya está. Es una cuestión operativa. La agrupación de electores puede darte publicidad la primera vez, pero en la segunda la gente ya te conoce. Lo que buscamos es que, de cara a los comicios, no tengamos ese desgaste de pedir firmas, fotocopias del DNI… Pero como partido, seguimos aplicando la misma idea que teníamos en la agrupación de electores.

En su caso personal, ¿cómo nace su interés por la política y qué le lleva a participar activamente?

Veía mucha demanda a nivel ciudadano. Yo tengo una tienda a pie de calle, soy autónomo, así que imagine la cantidad de contacto que tengo con los vecinos de Santoña. Y con esto vas captando que el Ayuntamiento podría funcionar de otra manera, más cercano al ciudadano y dando más importancia a su opinión. Veía que el Ayuntamiento estaba un escalón por encima, además de algunos comportamientos políticos que no entendían que están para servir. Todo eso va haciendo una bola, y con la madurez y una situación estable a nivel familiar y laboral, te lleva a dar ese paso, que no es otra cosa que querer arreglar y mejorar la vida de tus vecinos fastidiándote la tuya. Y eso es lo que hicimos, yo tuve esa idea y comenzamos la cadena captando gente que pensaba que era afín. Fuimos enlazando todos los eslabones para presentarnos en esas elecciones de 2015.

¿Es esta cercanía la que le falta a la política en España? ¿Olvidarse de bloques y estar más próxima a la calle?

Me voy a quitar la chaqueta de alcalde y voy a opinar como ciudadano, ahora que además estamos en ciernes de unas elecciones generales. Quiero creerme al político y no quiero que me engañe ni que me lo adorne todo. Tampoco que me adule, siempre he creído que los halagos desgastan muchísimo. La política es buena porque es para la gente. Lo que es malo es el partidismo y los intereses. Ver que van a hacer cosas por la sociedad, que tengan un lenguaje más llano y cercano, que no lo envuelvan todo con tecnicismo. La gente se queda con las palabras sencillas. Como ciudadano, creo que necesitamos credibilidad en los políticos.

“La política es buena. Lo que es malo es el partidismo y los intereses”
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